En una semana de debate y propuestas sobre cómo solucionar el problema de la vivienda, nos encontramos en la calle con una realidad aterradora y miserable. Se trata de los denominados pisos colmena, según informa Alma Trabajos.
La Policía Local del municipio barcelonés de Santa Coloma de Gramanet ha intervenido para detener dos proyectos ilegales que pretendían convertir locales comerciales en 116 minizulos de escasos cinco metros cuadrados con el objetivo de alquilarlos.
Sin que lo haya confirmado la Policía, podría tratarse del grupo propietario de los pisos colmena que Ada Colau clausuró, siendo alcaldesa de la capital catalana, en el año 2019.
Ante las sospechas de actividad ilegal, fue el aviso de un vecino el que alertó a los agentes. Al pasarse por el lugar, comprobaron que la actividad era completamente ilegal, por lo que paralizaron las obras y precintaron los locales.
Los empleados trabajaban siempre con la puerta cerrada, algo que también llamó la atención de los ciudadanos. Detrás de lo que en su día fue una juguetería, y que echó la persiana hace pocos meses, pretendían meter a personas en habitaciones diminutas sin ventilación ni sistema de evacuación.
Una ciudadana explica que "quien coge esos sitios son personas que lo necesitan y no tienen la posibilidad de ir a un piso para ellos solos", mientras que otra asegura que "ya no son ni chabolas, eso es vivir en condiciones infrahumanas".
Por el momento, no hay detenidos, tan sólo una persona investigada.
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