Después de un año y medio, cuando el Gobierno suprimió el IVA de los alimentos para mitigar los altos precios derivados de la sequía y la guerra de Ucrania, todo vuelve a la normalidad. A partir de este martes, sube al 2% el IVA en productos básicos como leche, huevos y aceite, que estaban con un IVA 0 %. Pero ¿realmente ha sido efectiva la rebaja del IVA en los productos básicos de la cesta de la compra? Según informa Rebeca Gimeno en el vídeo, una cosa es la teoría y otra, muy distinta, la percepción de los consumidores.
El Gobierno suprimió el IVA de los alimentos básicos de la cesta de la compra, medida que decae este martes, para mitigar la subida de precios consecuencia de la sequía y la guerra de Ucrania, entre otros factores.
Lo cierto es que los alimentos han subido en los últimos dos o tres años por varios motivos y España es uno de los países europeos donde más se ha encarecido la cesta de la compra. Esto podría hacer pensar que la medida del Gobierno no ha tenido el efecto deseado.
La medida pretendía amortiguar el golpe en plena escalada, pero para ver si ha funcionado hay que ceñirse a los datos. Si nos fijamos, por ejemplo, en el arroz, observamos que el precio con IVA 0% ha seguido subiendo y, ahora, está un 11% más caro que en 2022. Pero sin la rebaja la subida habría sido superior, casi un 16%, en teoría.
El problema estriba también en que, los consumidores nos hemos ahorrado un 4% de IVA siempre y cuando los comercios hayan trasladado totalmente esta rebaja. Las primeras estimaciones de un estudio indicaron que las grandes superficies sí lo hicieron, pero sabemos menos de lo que ha pasado en el pequeño comercio.
Por otro lado, la medida habría supuesto un ahorro de 35 euros al año para las rentas más bajas y 85 euros para las más altas. Es decir, los ricos se habrían beneficiado más de esta medida porque gastan más en comida, aunque para los más humildes la alimentación tiene mayor peso en su presupuesto y lo habrán notado más.
Bajar el IVA a cero ha supuesto dejar de recaudar, hasta ahora, 2.100 millones, la misma cantidad que se destinó a becas el año pasado, por ejemplo.
Los críticos siempre dijeron: es una política muy cara porque no va dirigida a los que más la necesitan. El problema es que no hay un mecanismo fácil para llegar directamente a esos hogares más vulnerables.
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