Mariana Mazzucato es una de las economistas más reclamadas por los gobiernos progresistas. Esta semana se ha reunido con Pedro Sánchez y con la ministra de Sanidad, Mónica García. Según informa Rebeca Gimeno en Noticias Cuatro, Mazzucato ha creado un instituto de innovación en Londres donde trabaja con los gobiernos para rediseñar sus políticas. En Noticias Cuatro nos ha contado en qué se inspiran sus ideas económicas.
Son muchos los gobiernos que quieren a Mariana Mazzucato: España, Brasil, Suecia, Reino Unido… incluso la propia Comisión Europea. Sus ideas se inspiran en la luna, en cómo el hombre llegó allí gracias a la inversión, liderazgo y capacidad de un Estado que trabajó codo con codo con las empresas. Lleva una década batallando por recuperar esta idea de que el Estado puede ser un motor de crecimiento.
Mariana empezó dando charlas sobre sus ideas cuando los gobiernos se lo solicitaban. Pero ella quería cambiar las cosas y creó un instituto de innovación en Londres, donde trabajan con gobiernos para rediseñar sus políticas en este modo misión y en alianza con las empresas. Su último libro critica el papel de las consultoras porque impiden al Gobierno desarrollar su potencial.
La identidad y el pensamiento de esta economista están marcos por tres emes: Mariana, Misión y Moon, de luna en inglés. Unas ideas trasladadas a cuatro libros, que devoran gobiernos progresistas en busca de inspiración y soluciones a los problemas de hoy.
Mazzucato afirma que “los problemas que tenemos son más difíciles de lo que fue llegar a la Luna. Son más endiablados porque no se trata solo de un reto tecnológico, es también de organización, cambio social, de regulación, de comportamiento”. “Lo de la luna fue fácil”, bromea, “si comparamos con el cambio climático que necesita de un consenso, pero también de política de impuestos para premiar a aquellos que se mueven en la dirección correcta. Para mí el aterrizaje en la luna, este enfoque, es lo mínimo que necesitamos para poder pensar de manera diferente”.
Mazzucato se atrevió a lanzar la idea de un estado emprendedor en plena época de austeridad y ahora muchos la han adoptado tras la pandemia. “Esto no va de glorificar al Estado y decir: mira qué maravillo es. Pero hemos socavado, subestimado e invertido poco en el papel que un estado capaz y estratégico, orientado a la misión, puede desempeñar con el sector privado”, dice.
“La historia de Silicon Valley es la historia del Estado”, afirma, “tu teléfono móvil sería estúpido, no tendría internet ni GPS, ni pantalla táctil, ni Siri, si no hubiera sido por las inversiones públicas. Pero no es suficiente”.
“No puedes obtener mejores políticas sin cambiar la burocracia en términos de estructura y mentalidad”, afirma, “como no tengamos una revolución en cómo se ejerce el gobierno, en cómo funciona el capitalismo entre lo público y lo privado, será como poner vino viejo en nuevas botellas”.
No solo la escuchan políticos, Mariana se reunió hasta con el Papa. Mazzucato cuenta que el Pontífice fue muy criticado por esa reunión, “¿qué haces reuniéndote con esta de izquierdas? Les dijo: porque cree en la humanidad y le gustó que tuviera cuatro hijos”.