El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,7% en abril respecto al mes anterior y elevó una décima su tasa interanual, hasta el 3,3%, debido al encarecimiento de los precios del gas y de los alimentos. Según explica Cristina Montalvo en el vídeo, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas amplió en abril su avance interanual al 4,7%, cuatro décimas más que en marzo, debido, en su mayor parte, a la subida de los precios de las frutas y de las legumbres y hortalizas.
Según explica Cristina Montalvo en Noticias Cuatro, esta es la segunda subida consecutiva del IPC, que el mes pasado se incrementó sobre todo por los precios relacionados con la vivienda. El gas se encareció casi un 6% en un solo mes porque en abril se recuperó el tipo máximo del IVA. Ocurre lo mismo que ha pasado con la electricidad, que, por esta subida de impuestos, la estamos pagando un 10% más cara que hace un año.
Por otro lado, si quitamos el impacto de la energía y los alimentos frescos, que tienen precios más volátiles, vemos que la inflación subyacente sigue cayendo y ya es la más baja en más de dos años. Vuelve después de mucho tiempo a situarse por debajo de la general.
El dato negativo lo encontramos en que los alimentos siguen subiendo, además rompen con la tendencia de moderación de los últimos meses y, según explica Cristina Montalvo, vemos que se acelera esa subida de precios.
Lo que más sigue subiendo su precio es el aceite de oliva ya que, a pesar de que en origen ya ha empezado a bajar, está lejos aún el momento de que podamos ver descensos contundentes en los supermercados. Para ello, primero habrá que ver si la cosecha de este año es tan buena como algunos expertos esperan y, después, ver cómo se traslada el aumento de la producción a los consumidores. Se estima que la bajada del precio del aceite podría empezar a notarse a finales de verano.
Otro dato que destaca es la subida en el precio de la fruta fresca y los zumos de frutas que, quitando el aceite, es el producto que marca la subida más fuerte en abril: un 17% interanual. Los agricultores señalan que esta subida no es muy coherente con lo que está sucediendo en el campo, donde los costes están bajando a excepción de los relacionados con la mano de obra y dicen, además, que la climatología está ayudando a lograr cosechas más abundantes, lo que debería estar abaratando los precios De este modo, insisten en vigilar más cómo se trasladan los precios del campo a los supermercados.