Vivir en un pueblo se convirtió en una opción muy atractiva durante la pandemia. Con el teletrabajo, una forma de ganar calidad de vida y ahorrar en la vivienda era eligiendo las zonas rurales. Todo un espejismo que ya ha cambiado. El portal inmobiliario ‘Idealista’ afirma que los anuncios en lugares con menos de 5.000 habitantes atraían la atención del 5,8% de los compradores durante la pandemia. Ahora ha bajado al 4,7%.
La demanda se ha reducido en la España vaciada, donde más han bajado las cifras. Los pueblos más pequeños de Teruel han pasado de tener un 58% de demanda a un 36%. Las únicas zonas donde sí ha aumentado el interés en los pueblos son provincias donde el precio de los pisos se ha disparado.
Con la llegada de la pandemia, subió el interés por vivir en los pueblos gracias al teletrabajo. Lejos de continuar con esa mejora, todo ha vuelto a cambiar de nuevo. ‘Idealista’ asegura que los anuncios de los pueblos de menos de 5.000 habitantes son contactados por un 4,7%.
Así ha pasado en Cuenta, donde cae casi 20 puntos (pasan del 47% al 29%) o en Huesca, con una bajada del 48% al 36%. Los únicos sitios donde aumenta el interés en irse a vivir a un pueblo son Valencia, Málaga y Barcelona, provincias con capitales donde el precio de la vivienda se ha disparado.