El 26,5% de la población española está en riesgo de pobreza o de exclusión social y el 37% no puede hacer frente a imprevistos económicos. Son unos datos que han aumentado con respecto a otros años y que no han mejorado con los jóvenes: el 34,3% de los menores de 16 años están en esta situación.
La pobreza infantil ha subido al 34,5%. Muchos de esos niños viven en estas circunstancias por estar en casas con tan solo un adulto. Pero, para hablar de riesgo de pobreza, se tienen en cuenta otros factores a parte del material. Un 20,8% de la población no puede permitirse mantener la casa a temperatura adecuada, ya sea con calefacción o con aire acondicionado. Y cerca del 6 cada 100 personas no pueden comer carne o pescado cada dos días.
Cuando hablamos de riesgo de pobreza tenemos que mencionar tres indicadores. El primero es el que ocurre cuando no puedes mantener tu casa a una temperatura adecuada. El segundo, cuando no superas un determinado umbral de renta como, por ejemplo, que una familia con dos hijos ingresa menos de 23.000 euros al año. El tercero, sucede cuando se está poco tiempo empleado. Si decimos que una persona está en riesgo es porque cumple alguna de las tres condiciones.
De estos tres medidores, el que más sube es el de las carencias materiales con el 9% de los hogares, la cifra más alta desde 2014. Y es que el 26,5% de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Pero no ha afectado a todos por igual.
En el caso de los jubilados, el porcentaje de personas en riesgo de pobreza o exclusión social es del 21%. En los menores, sube al 34,5%. Más de 2,5 millones de niños viven en hogares con dificultades. Ellos son los más afectados por esta problemática: siete de cada 100 niños no se pueden comer pollo o pescado, al menos, cada dos días. El doble que hace una década.
Esto se debe a que muchos de esos niños viven en hogares con un solo adulto. Son familias que lo han pasado muy mal con la inflación, la crisis energética y donde menos han subido las rentas. En 2023, solo mejoraron un 1,4% y en la media del resto de los hogares un 7%.
Este invierno ha sido más frío porque las facturas eran más caras. Así ha pasado también con la alimentación, que está más limitada por los altos precios del mercado. Pedro Ortega, responsable de 'Andalucía Cooperación Internacional' asegura que "se nota que hay dificultades para ayudar".
"Por desgracia, cada vez viene más gente que necesita alimentos, limpieza e higiene personal", añade Ortega. El 9% de la población sufre carencia material severa, la tasa más alta desde 2014. Así, tres de cada 10 familias no se han podido ir de vacaciones y el 37% no tiene capacidad para hacer frente a los gastos imprevistos. Unos datos que reflejan cómo el país se ha sumergido en una pobreza más severa.