Bruselas se ha convertido en el epicentro de las protestas de los agricultores. 1.300 tractores y miles de trabajadores del campo han llevado sus reivindicaciones a la capital europea donde este jueves se reúnen los líderes en el Consejo Europeo. Cargas policiales, lanzamiento de piedras, barricadas y hogueras para llamar la atención sobre una regulación excesiva y precios demasiado bajos para sus productos.
En España las protestas también se suceden. Los agricultores de Huelva han cortado el centro de Sevilla con sus tractores. Una tractorada para denunciar que el trabajo en el campo onubense está paralizado por la falta de agua para regar. A los tractores los han acompañado por la ciudad hispalense unos 15.000 agricultores, según los convocantes.
Pero este jueves, el epicentro de las protestas de los agricultores se ha trasladado de Francia a Bruselas. Durante las protestas hemos visto hogueras, barricadas, lanzamiento de huevos contra la fachada del Parlamento y enfrentamientos con la policía, en un día de máxima tensión en la capital europea.
Coincidiendo con la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, los agricultores han aparcado sus tractores en las inmediaciones del parlamento, colapsando las calles, quemando neumáticos y maderas e intentado acceder al recinto donde se reúnen los líderes europeos.
En una jornada de gran tensión, los manifestantes mantienen su pulso, dispuestos a no levantar el cerco hasta que los representantes políticos den respuesta a sus demandas: piden el fin de los acuerdos de libre comercio que suponen, en su opinión, una competencia desleal para el campo europeo.
Mientras en París los agricultores siguen intentando acceder al mayor mercado de abastos del país, las protestas se suceden por todo el contienen europeo. En España, en Grecia, Italia, Rumania, Polonia o Alemania, el campo europeo pide a gritos medidas para hacer frente a una crisis que, aseguran, les aboca a la extinción.