Si de algo se caracteriza la catedral de Santiago de Compostela, a parte de su inmensidad y sus fachadas, es del botafumeiro. Desde 1602, una de las mayores joyas culturales que tenemos en nuestro país, lleva funcionando sin descanso. Según informa Laura Queijeiro en el video, estos últimos cinco meses su actividad ha tenido que ser detenida para pasar por el taller y restaurar su mecanismo de poleas.
Los cuatro siglos de actividad del gran incensario han obligado a que la joya del botafumeiro se haya visto deteriorada: “En un momento dado se cae un tornillo y somos conscientes de que ya no se podía esperar más”, explica Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral Santiago. Ese fue el momento exacto en el que se dieron cuenta que la restauración debía ser inminente para continuar con el legado histórico de la pieza, representando además una “oportunidad para bajar toda la estructura y conocerla”.
El botafumeiro vuela a 30 metros de altura. Con una longitud de metro y medio y 56 kilos de peso, el incensario es impulsado por ocho tiraboleiros. Su gran mecanismo fue diseñado por el aragonés Juan Bautista Celma, figura clave del Renacimiento en Galicia: “Era un ingenio. Era una pieza en la que todo estaba perfectamente en su sitio. La colocación de cada tabla de madera, de cada estructura de los tambores permitía garantizar que eso no se iba a desmontar, que no se iba a caer, que iba a durar en el tiempo”.
El mecanismo restaurado es el de las poleas, que permite el movimiento pendular del botafumeiro. La pieza tenía pequeñas roturas que han sido restauradas durante cinco meses por un equipo de especialistas que ya han conseguido recuperar la esencia de la joya cultural de Santiago de Compostela.
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