Los expertos en salud mental consideran que el trauma infantil está detrás de muchos de los problemas psicológicos de los adultos. Según informa Aldara Martitegui en Noticias Cuatro, muchos de esos traumas vienen de nuestra infancia, aunque no lo sepamos. El psicoterapeuta y escritor Rafa Guerrero ha concedido una entrevista al equipo del informativo para hablar de su último libro ‘Trauma’.
Rafa Guerrero asegura: “Es para valientes, para conscientes. Yo lo que quiero es visibilizar el trauma, que el trauma es normativo, que todos hemos vivido situaciones traumáticas, seamos conscientes o no”. Culturalmente, asociamos el trauma con acontecimientos adversos muy evidentes, pero existen otros muchos traumas más sutiles.
Rafa Guerrero explica: “El abuso sexual, todos entendemos que un desastre natural es una situación traumática, no le cabe la menor duda a nadie. Pero el abandono emocional, darle a un niño todo lo que necesita físicamente, comprarle de todo, que tenga techo, que tenga comida y llevarle al mejor colegio; pero no cubrirle esa parte emocional, es un abandono emocional”.
Rafa Guerrero comenta: “El abandono emocional es una situación en la que mis padres no me veían, yo no era importante para ellos, me decían cállate que no tienes nada que decir; eso ha repetido una y otra vez y es potencialmente traumático”. Esto hace que el origen de casi todos los problemas de salud mental de los adultos tenga que ver con traumas que quedaron silenciados.
Rafa Guerrero dice: “Un porcentaje muy importante de los pacientes vienen con diagnósticos erróneos que tiene que ver con una situación traumática. Porque una situación se convierte en traumática cuando hay una emoción desbordante que es silenciada. Está tan normalizado a nivel social que a veces el paciente viene incluso con un poco de vergüenza o de miedo de que el profesional me diga menuda tontería”.
Durante el XXI Seminario Lundbeck ‘La depresión, ¿nace o se hace?’ los profesionales de la salud mental expusieron: “Las personas que tienen traumas psicológicos durante su infancia tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar una depresión en el futuro y reaccionan peor al tratamiento y a superar la enfermedad, sobre todo si la mala experiencia se produjo antes de los siete años”.
Los traumas derivados de abusos sexuales o psíquicos, la negligencia, la dejadez en los cuidados o la pérdida de un progenitor son factores psicosociales de riesgo para la aparición de depresiones en los adultos. El de la violencia interpersonal es el más peligroso de todos.
Uno de cada cuatro niños y adolescentes (24,2%) que han tenido uno de estos episodios traumáticos, cumplen los criterios de depresión. La mayoría de los adultos que sufren (62,5%) tienen antecedentes de trauma infantil. Cabe destacar que pasar por uno de estos traumas multiplica entre dos y cinco veces el riesgo de suicidio, tanto en la infancia como en la adolescencia o la adultez.