Daniel no está en su mejor momento, el estrés de tener que trasladarse de Plasencia a Sevilla y la noticia de que Susi está embarazada ha hecho que él se muestre un poco sobrepasado con las situaciones y Graciela decide ayudarle.
"Te vas a relajar mucho, el estres es muy malo, te van a salir canas", le dice su hija de camino a someterse a este tratamiento. "Mi hija es la culpable de que venga aquí", dice Daniel a Javier, la persona que le va a tratar. Y Graciela le explica a este experto cómo se encuentra su padre: "Está muy estresado, irritado y lo paga con nosotras, necesita relajarse".
Javier quiere que se marche después del tratamiento con la sensación "de haberse quitado una mochila" y comienza a someterle a algunas técnicas. Primero empieza con una técnica china con agujas por todo el cuerpo, que se colocan en diferentes puntos para intentar relajar, algo que a Daniel le produce bastante pánico: "Siempre me ha dado miedo". Y se dirige a su hija al ver lo que le están haciendo: "Graciela, ¿dónde me has traído?".
Pero esto no acaba aquí, tras esto le empieza a colocar ventosas por todo el cuerpo para seguir desestresándole y no queda del todo convencido con esto. Pero todavía queda un paso, Javier le cruje poco a poco y parte por parte el cuerpo, algo que llama mucho la atención de Graciela: "Los huesos sonaban como mis uñas". Y pese a que a Daniel tampoco le encanta esta técnica, cuando termina el tratamiento asegura que le ha venido bien y que sale con menos estres tras someterse a este tratamiento.