En esta nueva entrega de ‘Los miedos de…’ Rosa Benito se enfrenta a su mayor terror, las alturas. La acrofobia provoca en la colaboradora de televisión falta de oxígeno y taquicardias. En su aventura tendrá como acompañante a Yolanda Rubio, su representante y amiga.
Rosa ha intentado asomarse al vacío, ya que la idea de hacer puenting ha quedado descartada desde el principio. Después ha observado las alturas desde una terraza con éxito. Pero llega el momento de la verdad.
En la última parada su destino es el Aeroclub de Guadalajara, en el cual tendrá que montarse en una avioneta junto al campeón de vuelo acrobático de España, Cástor Fantoba. Cuando la colaboradora ve el avión no puede evitar preguntar “¿esto no ha fallado nunca?” El campeón responde rotundamente “no, nunca”.
La mala noticia llega ahora para Rosa, “si hubiera cualquier problema nos tenemos que tirar del avión”. La exmujer de Amador Mohedano empieza a ponerse nerviosa, “el paracaídas me ha causado más terror”. La colaboradora empieza a sospechar que podría ser una encerrona, “júrame que no me vas a decir salta, porque me mato”.
A pesar de su pánico Rosa Benito quiere intentarlo, sube a la avioneta y se santigua. Empieza a pensar en sus hijos, "¿y si me mato que hago?" Cástor trata de tranquilizarla, “te voy a tratar con cariño, te lo vas a pasar bien, va a ser un vuelo de princesa”. Parece que funciona y acercan posturas, “luego te doy un besito de gracias”.
Empiezan a subir a las alturas, hasta ahí todo correcto, pero cuando hablan de la acrobacia “tonel” empiezan las negativas de rosa. Una acrobacia que da completamente la vuelta a la avioneta “lo que está arriba está abajo y lo que está abajo está arriba”. Rosa Benito no para de suplicar, “no me hagas esto por favor, que me da mucho miedo, que me puedo morir de un paro cardíaco”.
Cástor decide cambiar por otro tipo de acrobacia, simular que el avión cae en picado contra el suelo. Rosa no puede parar de gritar, pero consigue no morir del susto en el intento. El campeón de España felicita a la colaboradora, “yo pensaba que no ibas a volar”.
Puede que Rosa no haya disfrutado del vuelo, pero “he disfrutado con él”. Al menos reconoce que no se ha mareado, ya es un gran logro para su fobia a las alturas.