En España hay más de 120.000 personas que siguen la doctrina de los Testigos de Jehová. Es la quinta religión con más creyentes en nuestro país. Aunque en las calles muestren transparencia, se trata de una de las congregaciones más opacas del mundo. Mas de 150 ex Testigos de Jehová denuncian públicamente haber sufrido abusos.
Sarai cuenta en 'Focus' el infierno que vivió en la congregación: "Sufrí abusos sexuales por parte de un testigo de Jehová. Salí del instituto con 17 años y empecé a trabajar con mi agresor. Durante el primer año no pasó nada, cunado cumplí 18 años empecé a sufrir abusos y después violación. Estuve un año así hasta que salí del local".
"Tenía pesadillas nocturnas, mis relaciones sexuales no eran completas…Hablé con los ancianos y fue la mayor violación de mi integridad que sufrí en mi vida. Vinieron a mi casa tres ancianos, de los cuales uno se fue porque no aguantó. Me hicieron describir todo de manera explícita. Fue horrible. Se me ponen los bellos de punta de recordarlo. Me costó cuatro años y medio de mi vida con un psicólogo descubrir que era víctima", explica.
"Deliberaron y me dijeron que me creían. ¿Qué ha pasado? Nada. Actualmente mi relación con los Testigos de Jehová es nula. Toda mi familia está dentro, hace poco mi padre me dijo que dejara de llamarle, porque no era una buena asociación. Le dije que me bloqueara si quisiera, pero que yo tenía esa obligación de llamarle como hija. Para mí son una secta destructiva, destruyen a la familia, destruyen a la persona…", cuenta sobre su familia.
Sarai no es la única. Gabriel también habla para nuestro programa de su mala experiencia en Testigos de Jehová. Gabriel Pedrero: "Me bauticé con 17 años. Yo fui abusado sexualmente cuando tenía 12 años hasta los 16 por un anciano de la congregación. Era el presidente de ancianos de la congregación. Los abusos empezaron en el mismo templo. Luego fue pasado a una furgoneta que él tenía. Es muy difícil denunciar estos casos porque lo que nos enseñan los testigos de Jehová es que todo se lleve interno. Yo decidí dejarlo en manos de Jehová", cuenta.