En tan solo una década, el número de mujeres federadas en boxeo en España se ha duplicado. Lo que hace veinte años parecía ser un deporte solo de hombres, ahora las mujeres protagonizan veladas de máximo nivel. Pero, ¿es igualitaria esta disciplina? 'Focus' investiga los obstáculos que se encuentran las mujeres en el mundo del boxeo.
El boxeo femenino no fue legislado hasta el año 2000. Antes de eso no se había considerado como deporte de mujeres, relegándolas a ser las chicas que colocaban los laureles a los vencedores. Con la llegada de Esther Páez siendo en 1998 la primera boxeadora profesional en la historia de España inscrita en la Federación Española de Boxeo, comenzaron a cambiar las cosas. Con los años, la moda del boxeo en los gimnasios por sus beneficios cardiovasculares, ha aumentado considerablemente el número de mujeres que se han interesado por este deporte a todos los niveles.
Los combates femeninos ya no son exhibiciones exóticas. Ahora llenan estadios y tienen un seguimiento como nunca antes. Sin embargo, las boxeadoras siguen sufriendo el contrataque de este deporte, como insultos y comentarios sexistas a través de redes sociales, 'bolsas' (el dinero de combates privados) mucho más bajos y patrocinios inexistentes. No son los únicos ejemplos, 'Focus' ha hablado con boxeadoras profesionales que han sufrido multitud de desigualdades por ser mujeres.
Miriam Gutiérrez llevaba años boxeando cuando empezó a sufrir violencia machista con tan solo 16 años. Después de salir de ese infierno, tuvo que vivir cómo se le reprochaba que no se hubiese plantado ante su maltratador siendo ella boxeadora. "Piensan que puedes ir matando a la gente por el mero hecho de ser boxeadora, y eso no es así", ha explicado a 'Focus'.
Tania Álvarez, primera española en boxear en el Madison Square Garden, vive con sus padres y sigue estudiando y trabajando porque su salario como boxeadora no es suficiente para poder mantenerse. "Tenemos mucho menos recorrido pero con el tiempo eso está cambiando y se ve que un futuro mejor es posible", dice con esperanza Laura Fuertes.