Los nervios forman parte de nuestro día a día cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas. Ante la angustia de saber si las cosas saldrán bien o mal, es normal sentir algo de estrés, una emoción que, aunque habitualmente asociamos con sentimientos negativos, es esencial para ayudarnos a avanzar, siempre que no se convierta en abrumadora y paralizante.
Esta no suele ser la situación ante una primera cita, un evento que asociamos con nervios, pero también con emoción y con ganas. Nos apetece arriesgar, saber si encontraremos en la otra persona esa conexión que estamos buscando o que creemos haber sentido en conversaciones anteriores. Es el momento de conocerse un poco mejor y ver si de ese contacto puede surgir algo más.
Esta incertidumbre es la que hace que los nervios hagan acto de presencia, provocando cierto malestar que podría llegar a hacer que la experiencia no fuera todo lo agradable que debería. Por eso, aprender a controlar y calmar esos nervios típicos, puede ayudarnos a sentirnos mejor y mostrar así nuestra mejor versión.
Consejos para calmar los nervios en la primera cita
Ante una primera cita, queremos que todo salga perfecto, tal y como lo hemos imaginado, con nuestro pensamiento hacemos que la ansiedad sea mayor, por lo que evitar llegar a un estado de nerviosismo extremo es importante. Podemos seguir algunos de estos consejos para evitarlo:
Mentalidad positiva. No podemos evitar los pensamientos negativos, porque son involuntarios, pero podemos plantarles cara con pensamientos positivos, que son voluntarios. Centrarnos en lo positivo, aunque nos pueda costar, será clave.
Preparación previa. Una forma de hacer esto es prepararnos con antelación, una buena planificación previa puede ayudarnos a sentir que controlamos la situación y que tenemos soluciones frente a los posibles problemas que puedan surgir.
Evita expectativas demasiado altas. Hacerse ilusiones es inevitable e incluso positivo, al fin y al cabo se va a conocer a alguien nuevo que nos ilusiona. Sin embargo, es mejor mantener los pies en la tierra y evitar las expectativas irrealizables.
Prepara temas de conversación. Con esto no queremos decir que piensen cómo será esa conversación, planeando tus preguntas o respuestas, pero tener pensados algunos temas de lo que podáis charlar tranquilamente puede evitar tanto los silencios incómodos como el miedo a que tengan lugar. Pensar algunos temas, como hobbies o cosas sobre las que disfrutas charlando, hará que los nervios sean menores.
Elige un lugar que te haga sentir cómodo. Si tienes cierta tendencia a los nervios, puedes aprovechar para escoger cómo será la cita, seleccionando un lugar que te ayude a sentirte más tranquilo o una actividad divertida que te ayude a relajarte, de este modo evitarás sumar estrés al momento.
Escoge bien la ropa. Vestirse pensando en lo que creemos que quiere ver la otra persona no es una buena idea, lo mejor es escoger prendas con las que nos sintamos confortables, aunque sea un conjunto arreglado. Es importante sentirse seguro y para eso la ropa es esencial, porque puede darnos ese empujón en la dirección adecuada que necesitamos.
Deja sitio a la improvisación. Está bien tener un plan organizado, pero también ser consciente de que las cosas no van a salir exactamente como tenemos en nuestra mente y eso está bien. Dejar espacio para un cambio de planes hará que los nervios sean menores y que, en caso de suceder, no llegue a ser un drama.
Respiraciones. La meditación ayuda a relajarse en cualquier momento de la vida, dejar la mente en blanco y desconectar por unos minutos, centrándose en la respiración y en nada más. En caso de necesitarlo, respirar para buscar la calma puede ser una gran opción.
Escucha música que te guste. Arreglarse para una cita puede ser todo un ritual, hacerse algún tratamiento beauty o arreglarse el pelo, todo ello lo podemos acompañar de nuestra música preferida, que subirá nuestro ánimo y nos ayudará a sentirnos bien. También podemos escucharla de camino a la cita, para llegar con el ánimo lo más alto posible.
Confía en ti y sé tú mismo. Esto es, sin duda, lo más importante y no solo para calmar los nervios habituales, sino también para todo lo relacionado con la cita. Ser uno mismo es la mejor de las herramientas, porque evitará posibles decepciones en el futuro o mentiras que se alarguen en el tiempo. Si la otra persona ha accedido a tener una cita contigo, es porque ha visto algo en ti. Si finalmente no puede ser o las cosas no salen como esperabas, por lo menos tendrás claro que no era el o la indicada.
Sentirse nervioso es habitual, pero dejar que esos nervios se conviertan en algo inmenso, tanto que nos obliguen a evitar quedar con gente que nos parece interesante, es algo que conviene evitar, tanto con nuestras propias herramientas, como pidiendo ayuda profesional si lo necesitamos.