Antonio es un vacilón y se define como “un madurito moderno”. Lleva la cafetería de la Universidad Pontificia de Comillas, no tiene el mismo éxito que Matías con las clientas, pero asegura haber sido un objeto sexual durante mucho tiempo y ser un tipo de los que juraban bandera y las mujeres las conquistaba poquito a poquito, con flores y bombones. Es un hombre tradicional a la vez que moderno porque está todo el rato con gente joven “te aclimatas o feneces”. Estuvo casado, pero se divorció hace 20 años.
Le ha contado a Laura Boado que luego estuvo con una mujer, pero que la dejó porque le dijo que tenía que comer verdura. Le gustaría que su cita en ‘First Dates’ sea una mujer con buena figura, unos buenos pechos, agradable y sobre todo, buena persona.
Lucía, su cita, es muy moderna, juvenil y no aparenta la edad que tiene. Al verla de lejos, Antonio ha dicho “vaya pedazo de señora”, pero cuando se ha acercado ya ha visto “a una señora normal y corriente”. El soltero le ha dicho que él era de Guadalajara y se ha sorprendido de que ella no supiera dónde estaba, pero Lucía solo estaba pensando en que Antonio no le gustaba nada de nada y que tenía barriga.
Mientras elegían la cena, Lucía le ha dicho que ella de poco comer y Antonio le ha contado que él antes comía muchísimo, pero que le había dado un ictus y que había cambiado su forma de vida. Comía mucho menos, había perdido 50 kilos “estaba enorme, 124 kilos” y anda una media de 30.000 pasos diarios “El cardiólogo me dijo que sí quería ir a las Olimpiadas”. El hostelero se ha interesado por la profesión de Lucía, pero ella le ha dicho que ahora no hacía nada “de ama de casa”.
Lucía no se ha cortado un pelo y le ha dicho a Antonio que parecía tener más de los 60 años que tiene y le ha dado la razón cuando él le ha dicho que ella aparentaba menos de 61 “los hombres de mi edad son viejos, yo tengo que estar con alguien más joven, que pegue conmigo”.
La soltera se ha vendido como una mujer que había pasado mucho, pero que siempre iba con una sonrisa. Antonio le ha dicho que él estaba todo el rato rodeado de gente joven, pero ninguno de los dos estaba viendo nada divertido en la persona que tenían enfrente. Lucía le ha dicho que vivía con su perrita que era el amor de su vida y a Antonio le ha chocado mucho que la nombrara antes que a su hijo. Por lo que le ha preguntado por la edad del joven y cómo era su relación con él.
Al saber que Antonio llevaba 20 años soltero, Lucía le ha soltado un “casi virgen” y él no ha querido responderla “le iba a decir ‘virgen por detrás y mártir por delante, pero me he callado”. El soltero se ha venido abajo por completo porque Lucía no le estaba dando nada de juego “tía sosa, ahí te quedas, no me extraña que estés sola”. Eso sí, ha demostrado que es un caballero y la ha invitado a cenar “somos una especie en extinción”.
En el momento de la verdad, Lucía le ha dicho que no le había gustado físicamente y él, la ha mentido piadosamente diciéndole que le había caído fenomenal y que era muy bella, pero que él esperaba una mujer más voluminosa “te veo muy delicada”.