Manuela no sale de casa sin pintarse los labios y hasta para comprar el pan “voy pintada”. Es divorciada desde hace 27 años y no ha vuelto a encontrar a alguien que le de vidita. Va al gimnasio, a bailar, anda… “no paro”. Le gustaría que su cita en ‘First Dates’ no fuera un muermo “que le guste ir al cine, al teatro, a tomar el aperitivo, a comer…”.
Manuel, su cita, es un tipo muy católico que va todos los días a misa “si me falta Dios, me falta la vida”. Al verle, Manuela ha sentido que era un tipo elegante y con el porte que ella estaba buscando. Le ha contado que vivía en Madrid y rápidamente se han marchado a la mesa para conocerse con ilusión por ambas partes.
La cena ha comenzado con Manuela interesándose a qué dedicaba su cita su tiempo libre. Manuel le ha dicho que le gustaba mucho la música y salir a divertirse porque la vida está para divertirse. Ella le ha preguntado por el teatro y él le ha dicho que le gustaba, pero que era más de toros, algo que tienen en común.
Manuela le ha dicho que era católica, pero que no era muy practicante, aunque si tiene que acompañarle algún día a misa, no tiene ningún problema. El soltero tiene claro que en esta vida hay que tener “amor, esperanza y fe porque con fe se consigue casi todo”. A Manuel no le ha importado que Manuela no fuera a misa “cada uno elige el camino, pero luego pasa factura”.
Los solteros han coincidido en que son muy cariñosos, en que apuestan por la sinceridad y mostrarle a la otra persona todos tus valores. Manuel estaba viendo en Manuela a una señora y estaba encantado. A ella le ha gustado que el soltero le diera a la mujer su valor y le ha visto como una persona educada, elegante y con saber estar.
Los dos estaban encantados de haberse conocido, vivían en Madrid, compartían aficiones y se han dicho que sí a una segunda cita para conocerse un poquito mejor.