Andreu, ‘Coco’, tiene muy claro el tema de los ligues por aplicaciones “yo siempre pido foto cara porque de nada me sirve que tengas un pollón o un cuerpo supersexual si luego tu cara es un ñordo…”. Ha llegado a ‘First Dates’ desde las Palmas de Gran Canaria y se ha definido como un tipo muy polivalente, que hace lo que quiere cuando quiere y que disfruta la vida porque “estamos aquí tres días contados”. Le encanta la fiesta y que la gente se lo pase bien “soy el alma de la fiesta”.
Trabaja en un bar de cruising y aprovecha para sacar su lado más sexual, va a trabajar en suspensorio, traje de luchador o vestido únicamente con látex. Le gustaría que su cita fuera “un tipo libre”. Le gustan los chicos especiales, artísticos, creativos, respetuosos y educados, y pasionales “quiere un hombre que me haga ladrar”.
Christian, su cita, se ama así mismo “me encanta ser alto, mi piel, mis manos, mis ojos…”. En diez años no se ha ido con un hombre a tomar un helado ni a dar un paseo, solo van por el tema sexual y él está cansado de eso. Al verle, Coco ha ladrado, pero también ha pensado que, a él, los latinos no le gustan. A Christian le ha gustado el estilo de Coco y le ha causado buena impresión.
El soltero ha comenzado la cena confesándole a Coco que era su primera cita en diez años y él le ha dicho que hacía tan solo unas seis horas que no tenía una. Eso sí, Christian le ha dicho que temas sexuales sí había tenido. Coco tiene claro que necesita a alguien que toque la espalda los días de resaca, alguien que esté a su lado, pero que no le ate.
Christian le ha contado que era mucho de energías y que sentía que si Dios no le había emparejado era porque no era su momento. Coco comparte “la misma pedrada universal” y ha sentido que su cita podía ser el hombre que presentara a su abuela. El soltero se proyecta en el futuro en pareja y Coco también, pero con una persona que no intente cambiar su personalidad.
El soltero ha querido ser sincero con Coco y le ha explicado que él no salía de fiesta, no bebía ni se drogaba porque había tenido un problema con las chemsex. Coco ha sabido de qué le estaba hablando y ha entendido que estuviera en terapia porque él también tuvo algún episodio complicado. Han coincidido en que hay que salir de la tristeza y sobre todo, no hacer nada que no quieras hacer por complacer a otra persona.
En el reservado, Christian ha cantado en japonés para Coco y han jugado a mirarse a los ojos sin reírse. Sin embargo, no han aguantado casi nada sin besarse. A Christian le han gustado los besos de su cita porque no era ni besos de pez ni de los que te llenan de babas. Han tenido que parar porque la cosa se estaba poniendo dura y han comenzado a hablar de sus formas de ver la vida.
Coco ha tenido claro que, aunque no le gustaban los chicos latinos, Christian era un chico moderno e interesante, que quería “comerse” y seguir conociendo. Él también ha sentido esa conexión que esperaba y no ha querido rechazar la oportunidad.