Pilar ha venido acompañada de su sobrino Alfonso, tía y sobrino preferidos. Se quieren mucho y están deseando encontrar el amor. Lleva 7 años soltera y no lo ha necesitado, pero ahora que sus hijas se han casado y tiene a los hijos criados, quiere dejar de estar sola. Asegura que ella se casó para toda la vida y no estaba en sus planes divorciarse, pero llegó el momento y lo tuvo que hacer.
Le gustaría que su cita en ‘First Dates’ fuera un tipo simpático y divertido, que fuera a misa, muy aseado, que se lave los dientes, bien arreglado. Ha definido a su sobrino como un cachondo mental y Alfonso nos ha dicho que le gustan las mujeres divertidas y “si en kit viene con unas buenas tetas, mejor que mejor”. Al soltero le encantaría que su tía se enamorara porque se lo merece “es una persona súper entrañable y simpática”.
Andrés, su cita, es un viejo conocido de ‘First Dates’ y ya ha venido alguna que otra vez al programa. Al ver a Alfonso en la barra, se ha puesto muy nervioso y ha sentido que se habían equivocado “Yo, ¿Con un tío?”. Alfonso se ha dado cuenta de que se estaba poniendo muy nervioso, le ha pedido ofrecido un brindis y le ha dicho que a él le gustaban los dos palos. Andrés no podía creérselo y se ha echado las manos a la cabeza “menos mal que no me ha pedido un beso”.
Al verle tan inquieto, Carlos Sobera se ha acercado a los solteros y Alfonso le ha dicho que era el sobrino de su cita. El soltero ha sentido que Andrés podría ser una pareja perfecta para su tía porque le había visto un hombre divertido y buen tipo. Al ver a Pilar, Andrés ha sentido que la perfección no existe, pero que su cita la rozaba.
Pilar ha comenzado la cena hablando de usted a Andrés y él le ha pedido que no lo hiciera. Le ha contado de dónde vivía y le ha dicho ya había cumplido los 70. A ella le han parecido muy pocos porque ella está a punto de cumplir 74. A Andrés le ha parecido que estaba estupenda y ella le ha contado que no usaba ni cremas ni maquillaje “los colores ya los llevo yo, es genética, mi madre falleció a los 87 igual que yo, la misma cara y el mismo tipo”.
La soltera ha querido saber qué buscaba Andrés porque ella no está dispuesta a convivir con nadie. El soltero le ha propuesto dar un paseo por la playa, caminar de la mano, irse a comer juntos, irnos a Andorra un fin de semana… Eso sí, le ha dejado claro que era un caballero y que no tenían por qué dormir juntos. A Pilar le ha encantado que su cita fuera tan caballero porque ella siempre ha sido muy puritana y no le gusta nada hablar de sexo.
Eso sí, no ha podido evitar contarle que había tenido sexo en un lugar muy poco común “he tenido sexo en la Torre Eiffel, arriba del todo”. Le ha contado que a él le encanta subir al Tibidabo por la noche para ver las estrellas, pero a Pilar le parece que “por la noche salen los lobos y la gente de mal vivir”.
Alfonso estaba deseando saber cómo iba la cita de su tía y no ha dudado en ir a buscarla para llevársela al baño y comentar. Pilar le ha dicho que su cita era un señor de los pies a la cabeza y él ha bromeado con un “ves preparando el anillo, que yo a tu boda voy de rosa”. Alfonso le ha contado que él también estaba muy bien en su cita y que Belén era una chica muy maja.
Cuando Pilar ha regresado a la mesa, Andrés le ha confesado que tenía “un problema muy, muy gordo”. Ella se ha sorprendido, pero ha entendido de lo que hablaba cuando le ha dicho que se fumaba tres paquetes de tabaco al día “lo odio a muerte, no me gusta, se me ponen los pelos como escarpias”. La cita se ha torcido completamente porque ella no soporta el olor al tabaco “si un hombre que fume intenta besarle, le hago la cobra”.
En el momento de la cuenta, Pilar se ha adelantado y no ha dejado que su cita la invitara a cenar. Pilar ha tenido claro que la cita había sido de diez, que Andrés le había gustado de pies a cabeza, pero que no soportaba que fumara. Él le ha dicho que, si iba a renunciar al intento de conocerse y darle la oportunidad de intentar dejar el tabaco, y ella le ha dicho que sí.