A Santi le da igual tomarse un vino que no tomárselo porque siempre está igual de alegre. Carlos Sobera ha alucinado cuando le ha dicho que estaba jubilado y que tenía 60 años porque no le había echado más de 40. El soltero ha trabajado toda la vida en la mina y ha disfrutado de su trabajo. Ahora se dedica al baile “lo llamamos los desguaces” y asegura que ligar un montón. También trabaja la huerta en su pueblo de 15 habitantes “soy de los más jóvenes” y le ha contado que ha una señora de su pueblo que cada vez que le ve dice “que sale el Sobera, que me lo llevó para la era”.
Viki, su cita, es una persona alegre, divertida y a la que no le gusta la gente triste ni que le traiga pena. Ha tenido una pareja de 39 años y ha sido muy feliz. Ahora está en una nueva etapa y busca un nuevo amor. Al verla, Santi ha visto a una chica que estaba muy bien “me la llevaría al desguace”. Al llegar a la mesa, Santi le ha entregado un recuerdo de su trabajo.
A la soltera le ha parecido un bonito detalle porque le gustan los hombres detallistas, pero cuando lo ha abierto se ha quedado paralizada “sin palabras”. No esperaba encontrarse con una escultura de un minero y ha alucinado, pero ha sabido disimular muy bien, y no ha parado de decirle “qué bonito, qué chulo… muchas gracias”.
Viki ha comenzado la conversación contándole a su cita que era viuda. Santi también está viudo y tiene un hijo de 28 años. Ella es madre de 5 hijos y se ha sorprendido al saber que su cita se quedó viuda hace 18 años. Al principio, Santi se quedó encerrado en su casa, pero después ha intentado rehacer su vida y le ha contado a Viki que es muy conocido en su zona “me llaman el risitas”. De hecho, se ha traído unas gafas de culo de botella para “hacer el gilipollas”.
La soltera ha visitado Ponferrada para hacer rutas de senderismo y Santi ha aprovechado para contarle que él no tenía escopeta, pero que sí participaba en cacerías de jabalíes en esa zona. Un tema que ella ha respetado, pero que no compartía “no me gusta que sufran los animales para que alguien pase un buen rato”.
Los solteros han comenzado a hablar de ellos y Santi le ha dicho que le gustaba mucho el baile y que era muy activo en la cama eso sí, pero le ha dejado claro que todos los días no. Viki ha sentido que ya estaba tardando mucho en sacar el tema y le ha dado la razón en el ritmo “no vayamos a morir de empacho”.
Santi ha querido saber qué le estaba pareciendo la cita y Viki le ha dicho que le gustaba mucho que se riera tanto, que fuera alto… Pero la verdad, es que no estaba sintiendo feeling de pareja hacía él. Santi le ha dicho que era una chica muy simpática y guapa. Ella se ha sentido halagada al saber que le estaba gustando a su cita y al escuchar lo que dicen en su pueblo “me gustas mucho, ¿Quieres que andemos?”.
Sin embargo, en el momento de la decisión final, cuando Santi le ha dicho que sí tendría una segunda cita, ella le ha dicho que no repetiría porque se lo había pasado muy bien, pero no había sentido el feeling.