A Dhyan le puso el nombre su maestra de Tantra a los pies del río Ganges en la India como final de un proceso de formación de vida. A una relación le pide que tenga también su trabajo realizado y que sepa quererse y respetarse así misma, pero, sobre todo, que sea muy disfrutona porque él ya concibe la vida para disfrutarla.
Alane, su cita en ‘First Dates’, quería tener la sensación de tener el pelo corto y sentir la libertad. Al verla, Dhyan ha sentido que por lo menos era una chica mona. Sin embargo, ella esperaba a un Thor y ha sentido que su cita tenía “un cuerpo muy normalito”. Él, sin embargo, ha querido descubrir la conexión que los brasileños tienen con su propio cuerpo.
La cita ha comenzado hablando de la aventura de vida de Alane y ella le ha contado que se había criado en Fuerteventura y que su vida allí era muy limitada “en una isla, hay lo que hay”. A Dhyan le ha parecido estupendo porque había ido muchas veces a practicar allí kitesurf y que no le importaría volver. Los dos han coincidido en que no es el camino ni el destino, son las personas con las que estás.
A Dhyan le encanta viajar y experimentar, pero tiene claro que su cuerpo es su templo. Le ha contado que era terapeuta y ella le ha exclamado un “necesito un terapeuta”. Ella ha estudiado también temas espirituales y creen en el espiritismo, algo que su cita conocía y que ella no esperaba. No tienen religión, cogen de cada religión lo que más les convence y eso sí, creen en Dios sobre todas las cosas.
Tantra habla de una propia experiencia y de que dentro de ti está todo lo que sientes, y Dhyan ha intentado explicarle que el tantra “no es eyacular hacía dentro”. Alane lo ha entendido y le ha contado que ella hace yoga y que ha estado mucho tiempo haciendo capoira y muay thai. El soltero estaba alucinando porque su cita era mucho más de lo que podía haber pedido.
Los solteros han sentido que los dos vibraban en la misma frecuencia espiritual. Dhyan le ha dicho que se movía con gente muy relacionada con las relaciones abiertas, pero no lo siente que su pareja. Ella le ha planteado qué pasa después de 15 años de relación y él lo ha tenido claro “tenemos el tantra”.
Alane ha sentido que tenían muchas cosas en común y que la cita había fluido, pero a ella le había faltado algo más “la chispita”. Él sí quería repetir, pero ha entendido que a ella le hubiera faltado la chispa “si me conociera un poquito más, tendría otra impresión y si hacemos tantra, seguro”.