Agustín llegaba a 'First Dates' por segunda vez, donde se reencontraba con Carlos Sobera, al que contaba lo que pasó con la chica con la que salió de nuestro restaurante tras tener una cita con ella, donde ahora iba a darse una segunda oportunidad de conocer a Cristina.
Los bonitos rizos de Agustín llegaban a nuestro restaurante por segunda vez, lo que llamaba la atención de Sobera: "Sigues en la misma tónica de antaño, aunque te lo has cambiado un poco". Y, tras estos primeros momentos, nuestro soltero contaba lo que pasó con la chica con la que se fue de 'Fist Dates' la primera vez que estuvo en el programa.
"Estuvimos muy bien, quedamos, tuvimos una conexión y se fue a estudiar a Viena, yo loco de amor como soy me fui con ella", comenzaba contando Agustín sobre lo que sucedió, de lo que también relataba lo que llegó a hacer por ella: "Le escribí una canción para pedirle como matrimonio y decirle: 'quédate conmigo, te vas a ir a Viena, pero quiero estar contigo. Y se la canté delante de todos sus amigos de nuestros amigos y yo no sé cantar, soy nefasto". Pero revelaba que no salió bien: "Una vez llegué a Viena me dejó, me dijo que tenía que aprender a estar solo y llevo tres años soltero, he aprendido a estar solo".
Agustín ha aprendido a estar solo, aunque llegaba a 'First Dates' con ganas de conocer a alguien especial: "Creo que solo tengo mucha fuerza, pero con alguien mucho más, busco a alguien cómplice". Y aquí llegaba el momento de conocer a Cristina, de 24 años, que se define como una persona muy segura de sí misma. Ambos tenían una buena conexión al conocerse y se sentaban en la mesa de nuestro restaurante para poder saber mucho más de uno y de otro.
Cristina y Agustín sacaban en común su amor por los niños, la complicidad no faltaba entre ellos, como era palpable la atracción entre ellos, donde los piropos entre ellos no faltaban. Igual que la profesión de él, como panadero, llamaba mucho la atención de ella: "Que me amase todo lo que quiera amasarme".
Ya en la mesa, ambos se daban cuenta de que todo podía fluír mucho con ellos, algo que iban a confirmar cuando se quedaban a solas en el reservado de nuestro restaurante. Poco a poco se iban acercando, con un beso en la mejila, mirando cómo quedaban juntos frente al espejo e incluso bailando muy pegados.
Juntos pasaban un buen rato y llegaba el momento de la decisión final. Agustín era el primero en decir que quería tener una segunda cita con ella: "Ahora tienes que venir tú a Barcelona". Cristina también lo tenía claro: "Tendría una segunda cita con él, me lo he pasado muy bien y me interesa conocerle". Ambos mostraban mucha complicidad, tanto es así que hasta él la cogía en brazos para salir juntos del restaurante.