Sara es una vacilona por naturaleza “me da la vida, sin el vacile la vida sería muy triste”. Laura Boado ha querido saber cómo se definía y la soltera ha sido muy clara “soy una mujer inteligente, que no aguanta las tonterías, que no aguanto las tonterías, en general”. En su cita de ‘First Dates’ espera encontrar a su 1% porque cree que el 99% de los hombres no merecen la pena “el 99% es gente pobre, con bajos recursos económicos, gente obrera, albañiles, gente que no le gusta su trabajo, que está amargada, derrotados de la vida…”.
Matías ha bromeado sobre cuál sería su posición en el tanto porciento y ella ha sido muy clara “estás en el 99%”. Laura Boado ha alucinado y ha sentido que la soltera tenía un carácter fuerte “si lo preguntas, estás descartado”. Sus padres saben que es casi “un caso perdido, no voy a encontrar pareja en la vida”. Le gustaría que su cita de ‘First Dates’ fuera un chico alto, de ojos claros, que estudie, que trabaje, “que sea un hombre de provecho y sobre todo, que tenga dinero”. De hecho, ha dejado claro que “si tienes menos de 200.000€, no saldría contigo”.
Pablo, su cita, es un chico que hace humor cortante, pero siempre con mucha chispa. No le gusta ser un flipao y sí “el típico tonto que te hace reír”. Ha flipado con los ojos de Sara y ella aunque, no le gusta la gente tatuada, le ha visto pasable “la gente que lleva un águila en el cuello y dice que significa… significa que tú eres tonto”. De hecho, ha sentido que los tattoos de Pablo eran un poco como los de Ed Sheeran, pero él no tenía ni idea de quién era el cantante “incultura, es historia del Reino Unido”.
Al ver que Pablo bebía limón y ella, whisky ha querido que le echara un poquito en modo “parkineo” para hacerse un mezcladito. Al irse a la mesa, Sara se ha fijado en el bolso “de macho alfa” de su cita, un bolso negro y discreto para llevar sus cositas.
Ya en la mesa, Pablo le ha contado que era de Cieza, un pueblo de Murcia y ella ha sentido que la gente “de Murcia…”. El soltero ha querido saber cuál era su problema con Murcia y ella le ha dicho que ninguno, pero que hablaban gracioso. A él, Murcia capital no le gusta “me gusta mi pueblo” y le ha dejado claro que no habla idiomas “me cuesta hablar español, imagínate, soy medio tartaja”. Ella habla inglés perfectamente y le gustaría que su cita también lo hiciera, pero le ha gustado que a Pablo le gustara ver las series manga en japonés “con subtítulos en castellano”.
Pablo es técnico de mantenimiento y vive en un piso compartido, pero su deseo es prepararse para ser bombero. Ella trabaja en un supermercado “de buena moneda” y estudia psicología a distancia. Él ha querido saber cuánto ganaba y ella le ha dicho que “para fin de semana, muy bien, más de 500€”. Por supuesto, Sara le ha devuelto la pregunta “lo mismo que antes con dos trabajos”, dato que la ha dejado con muchísimas ganas de saber “cuánto tiene en el banco”.
El soltero le ha dicho que solía ahorrar, pero que había meses en los que no se contralaba “llevo dos meses gastando 2.200€” y ella, le ha dicho que no se preocupara porque estaban igual y le ha cogido la mano “te entiendo”. Sin embargo, a Pablo no le ha gustado que le agarrara porque para él eso tiene mucho significado.
Sara le ha confesado que no le había llegado el amor, pero que, si le llegara, se entregaría al 100%. Él le ha dicho que era mucho de improvisar y de sorprender a su pareja con detalles. También le ha contado que era muy casero, que le gustaba la soledad, que pasaba del teléfono… Cosas que a ella le encantan y que le ha hecho sentir que era “el hombre de mi vida, somos los dos igual de raros”. Sin embargo, él no estaba sintiendo nada especial “es maja, pero no para tener una segunda cita”.
Pablo le ha confesado que se lo había pasado “de locos” y que había estado como un colega “en brazos”, pero no he sentido nada de pareja. A ella le ha parecido una pena porque ella había encontrado al hombre de su vida y era una auténtica pena. Le ha dado un gran abrazo y se ha despedido con “Pablo, te quiero”.