Para Natalia es muy importante el compromiso y que nadie se eche atrás. Ha sido educadora infantil, pero ahora está trabajando en una ONG. Según le ha contado a Laura Boado, le encantaría ser madre, pero siente que todavía es joven y su vida amorosa ha sido un caos “los chicos se han echado para atrás”. Le gustaría que su cita en ‘First Dates’ fuera un chico alto “soy muy alta, mido 1,75 cm y si me pongo tacones parezco una jirafa”.
Diego, su cita, es un tipo que busca ir poco a poco, conocer a la persona y esperar hasta dar el paso de besarse con alguien. Las chicas que más le gustan son las morenas, con el pelo liso y raya en el medio, exactamente como tenía el pelo Natalia “muy contento”. Los solteros han comenzado la cita hablando de donde viven y los dos son de Madrid. Él acaba de acabar la carrera de Magisterio Infantil y a Natalia le ha encantado porque ella había estudiado algo muy parecido.
Mientras comenzaban a cenar, los jóvenes han descubierto que solo se sacaban dos años, pero a Natalia le ha parecido un mundo que Diego fuera del año 2.000 cuando ella era del 1998. Él ha querido saber si le gustaba el fútbol porque era una de sus pasiones y ha alucinado al saber que era superfutbolera y que llevaba jugando desde los 6 años. Respecto a la música que les gusta escuchar, Diego le ha dicho que le gustaba la música actual y ella le ha dicho que compartían gustos.
Al soltero le encantan Quevedo y Rauw Alejandro incluso, le ha contado que en alguna fiesta se disfraza del primero y se lo pasa pipa imitando su voz filtrada, algo de lo que nos ha hecho una demostración.
Ni Diego ni Natalia han tenido una pareja formal. Natalia le ha contado que no encontraba a chicos que se quisieran comprometer y él le ha explicado que no es un chico de tener sexo en una noche. A él le gustan las cosas poco a poco y bien hechas, algo no muy habitual en gente de su generación. Ella ha tenido la sensación de que Diego no había tenido muchas experiencias sexuales, pero no le ha importado porque todos hemos pasado por el proceso y “yo soy educadora, estoy acostumbrada a enseñar, todo se tiene que aprender”.
Él se conforma con que las chicas sean buenas personas y físicamente, le ha confesado que le encantaba su pelo. Sin embargo, ella le ha quitado la ilusión de golpe y le ha confesado que lo tenía rizado “me lo he alisado para la ocasión”.
Los solteros se han encantado y no han dudado en decirse lo mucho que se estaban gustando. Natalia se ha fijado en sus ojos y le ha dicho que era muy guapo. Él estaba feliz y ha tenido claro que la iba a invitar a cenar, algo que a ella le ha enamorado “me ha parecido muy tierno”. Los dos han dicho que sí a una segunda cita y Natalia ha alucinado al saber que su cita imitaba a Quevedo.