Nieves es famosa en su barrio por ir siempre “súper”. Hace cuarenta años que se quedó viuda, pero después no ha tenido pareja formal. Al llegar a ‘First Dates’ nos ha contado que busca a un hombre para entrar y salir, y si es posible le gustaría que su cita se pareciera a Carlos Sobera “que se parezca a él y que me lleve a la bahía de Málaga a coger coquinas”.
José, su cita, es un hombre caballeroso, educado y le gusta que la mujer que vaya a su lado esté bien. Se ha enamorado varias veces, pero nunca ha sido correspondido. Al verle, Nieves ha exclamado un “No, no es mi tipo, para nada”. Ha sentido que tenía cuerpo y barriga de señor mayor y eso ella no lo quiere. Eso sí, los dos son de Málaga y han sentido que eran de lo mejorcito.
La cita ha comenzado hablando de Málaga y José le ha contado que él era de Ronda. Él estaba contento porque Nieves era su estilo “la quería más bien bajita”. Ella ha querido saber qué buscaba, y él le ha dicho que a su edad no podía pedir mucho. Nieves le ha explicado que él busca a una pareja para entrar y salir, pero que en su casa no quería hombres porque vive con su nieta de 19 años. Él busca a una mujer con la que vivir y ha querido saber si estaba dispuesta a pasar con él alguna temporadita en Ronda.
Nieves no ha querido decirle directamente que no le había gustado y le ha dicho que las cosas se tenían que ir viendo poco a poco. La cita estaba siendo un poco tranquila y Nieves ha querido que José le contara cosas de su vida, pero él tiene una vida muy tranquila. Ella ha tenido claro que el soltero con ella “iba de culo y cuesta arriba” porque es una mujer muy activa, pero José ha dicho que ella necesita a alguien que le de vida porque él solo no quiere ir ningún lado.
La soltera ha sentido que José era muy tranquilo y mayor para ella “no se le pone tiesa ni…”. Ella no le quitaba ojo a Sobera y no ha dudado en decirle a José que estaba estupendo, algo ante lo que José le ha dado la razón.
Nieves ha estado toda la cita con el freno de mano echado y sin ser sincera con su cita. En el reservado, ha decidido llamar por teléfono a su nieta por si quería hablar algo con José. El soltero no ha dudado en hablar con ella con mucha educación y le ha dicho que podía tener algo con su abuela, pero Victoria estaba convencida de que la cita no iba a ningún sitio.
La cita se le estaba haciendo eterna “no paro de mirar el reloj” y ha querido que cado uno pagara su cena. Le ha dicho que se lo había pasado muy bien y que había sido una cita muy amena, pero cuando José ha dicho que quería repetir, ha fruncido el ceño y ha sido sincera por primera vez en toda la cita “yo no tendría otra cita”. El soltero se lo ha tomado muy bien y le ha deseado lo mejor.