Leticia ha pasado el verano en Galicia y ha estado conviviendo con un tigre de Bengala y varios guepardos “me dan más miedo las personas que los animales”. Cuando Carlos Sobera le ha preguntado al llegar a ‘First Dates’ que cómo se define, ella lo ha tenido muy claro “soy neurodivergente, nuestra mente funciona diferente al resto. Tengo TDH y soy PAS”. Está aprendiendo a gestionarlo “nos llaman seres de luz, tenemos genes de la empatía, de la bondad, de ayudar a los demás…”. No le gustan los ambientes con mucha gente y mucho ruido.
No ha renunciado al amor, pero ha estado tres años soltera para dedicarse tiempo para ella misma. De su cita de ‘First Dates’ espera que sea una persona que la sepa llevar “tenga responsabilidad afectiva, inteligencia emocional y saber estar”. Una definición de la persona que necesita a su lado que le ha gustado mucho a Carlos Sobera.
Genís, su cita, es un tipo muy romántico y muy a la antigua. No suele besar en la primera cita porque “cuando algo me importa me gusta ir poquito a poquito”. Le ha entregado a Leticia una rosa nada más conocerla y ella se ha quedado de piedra “me ha chocado que fuera de plástico, en lugar de natural”. El soltero estaba encantado con su cita y ha comenzado la cena diciéndole que iba a ser caballeroso “no voy a decir nada que te moleste”.
La cena ha comenzado hablando de edades y ambos se han echado muchos menos de los que tienen. A Genís no le ha importado que su cita fuera mayor que él porque tenía un punto maduro y “una voz penetrante, que te entra por los poros de la piel”. De hecho, se ha puesto a cantar sin previo aviso la canción ‘Quisiera ser un pez’ de Juan Luis Guerra de principio a fin. Leticia se ha quedado un poquito en shock “a mí no me penetra ni me conquista por la voz”.
La soltera ha querido saber qué había sentido al verla y él le ha dicho que le había gustado mucho. Leticia le ha contado que se había tatuado la palabra intensa porque lo era, le ha hablado de su TDH y de una pequeña discapacidad que tiene en el brazo. Genís lo ha entendido y le ha dicho que él había dicho diagnosticado de trastorno bipolar (trastorno afectivo caracterizado por la alternancia de fases maniacas y depresivas) y que en ocasiones cambiaba mucho de estado de ánimo. Al soltero le ha gustado mucho que su cita sacara el tema y lo pudieran tratar con total naturalidad.
Leticia ha querido saber cómo canalizaba sus enfados Genís y él le ha dicho que era muy complicado que se enfadara, pero que le desahogaba mucho bailar. Asegura que baila muy bien y ella ha querido que luego le enseñara su movimiento de cadera. También se ha interesado por el tema sexual y él ha sido claro “me llaman el mecánico porque hago muchas llaves durante el acto”.
A la soltera le ha horrorizado el tema porque ella jamás se acostaría con un mecánico “todo manchado” y eso que todavía no había escuchado que a su cita también le gustaba el squishy femenino “me gusta sentirme debajo de las Cataratas del Niágara, como las ‘Burbujas de Amor’ de Juan Luis Guerra”. Eso sí, de juguetes no es, “soy de mi cuerpo, tengo un cuerpo bien apretado, bien dotado, tengo 21”. Ella ha tenido claro que era “un buen empotrador” y ha sacado la cinta métrica…
Genís no tenía ningún problema en que Leticia le tomara medidas y se ha puesto en pie en mitad de la cena, gesto que ha conseguido que ella se pusiera a temblar “madre mía, que se la saca” y le ha dicho soltado un “no, no”, para que se volviera a sentar. Él no pensaba sacársela, pero ha pensado que era la intención de su cita.
En el reservado, les ha tocado darse un beso loco y Leticia se echado las manos a la cabeza cuando su cita ha pedido que le pusieran música para dárselo a lo grande. Genís asegura que en la discoteca se queda con todo el mundo a golpe de cadera y nos lo ha demostrado. Leticia estaba impactada porque Genís no tenía vergüenza ninguna y no podía imaginar que se iba a encontrar a una persona como ella, pero de forma exagerada.
En el momento de la verdad, Genís le ha dicho que él sí quería repetir la cita, pero Leticia le ha explicado que ella necesita a una persona que la pare un poquito porque ella también tiene su lado explosivo, y que a nivel pareja no quería repetir.