Rosario es una mujer muy coqueta a la que le gusta ponerse sus tacones aunque sea para comprar una barra de pan. Le gusta ir al cine, pasear, salir a cenar… Lo ha pasado mal en la vida porque su hijo se murió de cáncer con tan solo 38 años “se me murió en seis meses”, pero desde ese día cambió su mentalidad y vive el día a día “sin preocuparme por nada”. Se quedó viuda también y luego ha tenido una pareja, pero ha estado un poquito cerrada al amor “estaba muy bien sola, no me aburro”.
No está cerrada a nada en este momento y le gustaría que su cita en ‘First Dates’ sea un tipo con buenos sentimientos, que no sea posesivo, celoso y que tenga su economía. Ella en el amor es un poquito fría “asexual, totalmente” y siente que jamás se ha llegado a enamorar. Laura Boado se ha sorprendido y le ha dicho que nunca es tarde.
Pedro, su cita, ya ha cumplido los 76 años, pero tiene un espíritu de 30 o 40. El amor no le ha tratado muy bien porque ha viajado mucho y no ha encontrado a la mujer que le aguante. Al verle, Rosario se ha puesto nerviosa y ha querido saber de dónde era su cita. Han descubierto que viven cerquita y él también ha tenido una impresión “de 10”.
La cena ha comenzado hablando de trabajo y Pedro le ha contado a su cita que escribía una columna en Calella.com, pero que durante muchos años había sido corresponsal de La Vanguardia “en el 92 estuve en Venezuela, Colombia…”. A ella le ha sorprendido mucho “muy culto, sabe mucho y yo no tengo estudios, ninguno”. El soltero quiere hacer una ruta de pueblos de Cataluña que celebran la Fiesta Mayor de Invierno y le ha explicado que siempre ha viajado y convivido con diferentes culturas.
Rosario se ha puesto un poco nerviosa porque no sabía ni qué contestarle “eres muy cultural para mí, yo no tengo ni la primaria”, pero él le ha dicho que eso no era así “ella tiene inteligencia innata”.
El periodista se ha interesado por los orígenes de Rosario y ella le ha contado que era de Morón de la Frontera en Sevilla, pero que en el año 62 se marchó a Cataluña. Sus hijos viven en el País Vasco y vive sola, pero no siente la soledad. Algo que ha chocado con el deseo inmediato de Pedro, de irse a vivir con una pareja porque le falta “el calor de la familia”.
Rosario le ha confesado que le gustaba mucho el cine, algo que a Pedro también le encanta. Viajar también es algo que les fascina a los dos y Pedro ha sentido que podían seguirse conociendo “Podemos ganar una buena amistad y luego ya vamos viendo”. Sin embargo, Rosario estaba convencida de que Pedro se iba a aburrir con ella “yo no he hecho ni la primaria”.
En el momento de la decisión final, Pedro ha dicho que si quería conocer más a Rosario porque le había gustado y compartían aficiones, pero ella le ha dicho que no porque no había sentido el feeling que esperaba.