Mireia no sabe si en algún momento de su vida se ha llegado a enamorar, pero sí ha tenido sentimientos muy bonitos. Lo que más le gusta es el arte, la creatividad, viajar, el yoga… Es una chica espiritual, pero tiene claro que no estaría en una relación abierta. Carlos Sobera le ha advertido que su cita era un tipo muy espiritual para que no se asustara.
Daniel, su cita, es guía espiritual “doy eventos y retiros de meditación, y sanación espiritual, psíquica y corporal”. Al ver a Mireia ha sentido que era una chica muy guapa, pero “no me he sentido atraído por ella”. Ha querido saber a qué se dedicaba y ella le ha contado que era estilista, pero que trabajaba en una tienda de lencería y se acababa de titular como profesora de yoga.
Mientras Carlos Sobera les llevaba a la mesa, le ha preguntado al joven si era de relaciones abiertas o cerradas, y al escuchar “abiertas”, podríamos decir que casi, casi la cita había terminado.
Mireia se ha fijado en los tatuajes de su cita y Daniel le ha contado que eran los 7 chacras y la flor de la vida. Ella le ha confesado no ser muy espiritual, pero que la espiritualidad llegó a su vida hace unos años. Martín ha aprovechado para contarle que él es guía en retiros de sanación espiritual y despertar su curiosidad.
La soltera ha querido saber de dónde era el acento de su cita y Daniel le ha contado que nació en Indonesia “nací en Indonesia, vino a España con dos años y luego se fue a Bélgica”. Mireia le ha dicho que le gusta mucho viajar y que también había estado dos años en Colombia, lugar que Daniel también conoce bien.
Daniel ha esperado al final de la cita para sacar el tema de las relaciones abiertas. Mireia le ha dicho que a ella le parecía un mundo apasionante, pero que no lo había probado y que no se veía capaz. El soltero le ha explicado que él cuando tiene pareja es para compartir momento con esa persona y estar a gusto, pero que cuando no está con su pareja sigue siendo una persona, tiene que vivir y no quiere cerrarse a nuevas experiencias por estar en pareja.
Ella se ha quedado más o menos convencida con sus explicaciones y le ha dicho que sí le gustaría tener una segunda cita porque las relaciones abiertas ya no le parecían un impedimento insuperable, pero Daniel le ha dicho que podían quedar, pero solo como amigos porque no había sentido que entre ellos fuera a surgir una atracción física mayor a la que ya habían sentido.