Pilar es una mujer coqueta que está contenta con su cuerpo y que no tienen ningún problema en enseñar pierna o lo que sea necesario. Tiene dos hijos y dos nietos, y le ha contado a Laura Boado que se le terminó el amor. Al divorciarse comenzó a bailar salsa y está buscando a una persona con la que disfrutar, compartir aficiones y sentirse bien.
Marcelo, su cita, es un tipo al que le gusta vivir la vida, pero al ver a Pilar no ha sentido nada especial “no me ha asustado, no”. A ella también se le ha caído el alma a los pies porque no le ha gustado nada su forma de vestir “los colores, ese tejano como si estuviera viejo…”. No han sentido lo que esperaban y han comenzado a hablar de sus orígenes sin demasiada ilusión.
Los solteros han comenzado la cena preguntándose por sus estados civiles y Marcelo no ha podido ser más claro “divorciado y encantado”. Pilar también es divorciada, pero tanto como encantada, no “estoy bien”. El soltero le ha contado que se jubiló muy pronto porque estuvo un tiempo trabajando en un cementerio y poner todo el rato “tu mujer, no te olvida” y escucharles decirle que se había ido justo cuando podían comenzar a disfrutar, le hizo pensar que eso no le iba a pasar a él.
Marcelo tiene claro que “las mujeres son más fuertes, eso de “tu mujer, no te olvida”, lo puse muchas veces”. También le ha contado a Pilar que tenía cuatro hijos “dos con una y dos con otra” para que ninguna de las dos se enfadara. El hombre estaba intentando hacerla reír, pero ella no estaba por la labor “puede ser la mejor persona del mundo, pero no me ha gustado”.
La soltera ha tragado saliva y ha disimulado cuando Marcelo le ha dicho que se conservaba muy bien “si él lo cree”, pero cuando ha sabido que había nacido el 30 de septiembre de 1950, se ha echado las manos a la cabeza “Es muy fuerte”. Él se ha puesto nervioso ante su reacción y ha querido saber qué pasaba “mi ex nació el 30 de septiembre también”. A Pilar la casualidad la ha terminado de echar para atrás, pero él le ha soltado un “pues ya me lo presentaras”.
Pilar le ha dicho que de eso nada “cada uno en su casa” y Marcelo ha sentido que la cosa no terminó bien en su matrimonio. Ni Marcelo ni Pilar habían sentido nada especial y han aprovechado que a ella no le gustaban los toros para comenzar a ser sinceros en el momento de la decisión final. Los dos han tenido claro que entre ellos no ha surgido ni iba a surgir nada.