Ana no es la mujer más guapa del mundo, pero siente que asusta a los hombres con su belleza. Tiene un colegio online y es profesora de estética, matemáticas, inglés y español. Asegura relacionarse con gente universitaria, directores y managers, y ser una mujer muy viaja que se siente cómoda con gente más o menos como ella. Cuando Carlos Sobera le ha preguntado por su hombre ideal, ella ha sido muy clara y le ha dicho que busca a un hombre tipo Brad Pitt “esbelto, guapo y moderno”.
Joquín, su cita, es un tipo que se define como un ciudadano del mundo que ha vivido en muchos lugares antes de asentarse en Madrid y busca a una mujer que sea ella misma. Carlos Sobera se le ha presentado como “Aquí tu Brad Pitt” y ella ha sonreído, pero ha tenido claro que no era para ella. Sin embargo, se ha sorprendido al saber que Joquín trabaja para Naciones Unidas y que habla perfectamente inglés.
Al saber que su cita había sido casco azul y que había trabajado en misión de paz por todo el mundo, Ana ha comenzado a mirar a Joquín con otros ojos. Además, está estudiando criminología de segunda carrera y eso le ha gustado. Ella le ha contado que le encantaba bailar y que cuando salía en lugar de ligar “me hincho a bailar”. Eso sí, le ha aclarado que a ella le gusta la música americana “no me gusta el requesón, me gusta la música de Madonna y de Brad Pitt”.
Ana ha querido saber qué buscaba su cita en una relación y él le ha dicho que le gustaban que las cosas fueran poco a poco hasta alcanzar la estabilidad. Ella le ha dicho que le gustaban las conquistas a la antigua, pero que ella era una mujer moderna incluso, se ha comparado con la mismísima Madonna. Joquín ha sido sincero y le ha dicho que le gustaba mucho todo lo que estaba descubriendo de ella, pero no ha sido correspondido “Yo no lo sé, me gustan los hombres altos y que vayan al gimnasio, pero tú eres un hombre interesante”.
Joquín ha tenido claro que si su cita buscaba a un Brad Pitt no había tenido suerte, pero le ha dicho que a él le gustaba mucho su interior y su exterior. Ella le ha advertido de que solía vestirse con vestidos ajustados y taconazo, y que los hombres de asustaban al verla. Ambos han tenido claro que no se puede juzgar a las personas por una primera impresión y se han dicho que sí a una segunda cita.