Raúl tiene claro que lo más bonito de la vida es compartir y ha venido a ‘First Dates’ a buscar a esa persona con quién hacerlo. Le ha pedido a Matías un tequila y le ha contado que es de Guadalajara en México, pero que lleva dos años en España porque tiene una empresa en China y teletrabaja desde aquí. Le ha demostrado a Carlos Sobera que habla mandarín y le ha confesado que busca a una mujer a la que le guste el mar porque tiene un barco en Tailandia e intenta ir una vez al año.
Olga, su cita, es una apasionada de los bolsos buenos “es un detalle muy importante que completa su imagen”. Para ella un hombre tiene que ser ambicioso y hacer todo para que su familia vaya bien. Al verla, Raúl ha visto a una chica que impone y que se cuida mucho, pero a ella, él no le ha parecido muy bien “me gusta un hombre como Mario Casas”.
Mientras degustaban la cena, Olga le ha contado que se dedicaba al negocio inmobiliario y que vivía a caballo entre Marbella y Niza en Francia, pero que quería venirse a vivir a Madrid porque estaba muy cansada de viajar. Él le ha contado que tiene una empresa de material de construcción en China, pero que puede teletrabajar desde cualquier lugar y ha elegido Madrid para hacerlo.
A Olga no le ha gustado nada Raúl al verle, pero al irle conociendo ha ido cambiando de opinión. El soltero le ha contado que había vivido en China, Estados Unidos y Tailandia, y que le encantaba viajar y salir a cenar. A ella le apasionan los caballos, el sueño de su vida es tener su propio caballo y ha alucinado al saber que la familia de su cita tenía un rancho con caballos en México.
De forma muy prudente, Raúl ha querido saber si Olga quería ser madre y que si renunciaría a su trabajo para cuidar a sus hijos. Ella le ha dicho que sí, que para ella la familia era muy importante y que quería a un hombre que fuera el referente de la familia. Raúl se ha sorprendido porque él también es muy tradicional en ese sentido y él no quiere a una mujer que no trabaje, pero tampoco quiere perder su roll de hombre.
Olga le ha contado a su cita que ella siente algo muy especial cuando encuentra la casa que sus clientes estaban buscando y que era feliz en su trabajo. Él también tiene negocios inmobiliarios y le ha ofrecido echarla una mano si decidía venirse a vivir a Madrid. Los dos han conectado en el tema empresarial, familiar y de aficiones, y ha dicho que sí a una segunda cita.