Jully es colombiana y cree muchísimo en el tema de las energías “todo pasa por algo”. En España lleva solo un año y antes estuvo en Australia estudiando inglés. En el amor no le ha ido muy bien porque la gente joven suele ser muy liberal y eso a ella no le gusta. Le gustan los chicos muy centrados, que tengan proyectos en la vida y que quieren casarse y formar una familia.
Marius, su cita, se ha presentado como un tipo que cree en los valores tradicionales y que quieren formar su propia familia. Ella ha sentido que era un chico muy guapo y con unos ojos muy bonitos. Jully le ha dicho que ella era colombiana y ha alucinado al saber que él era de Transilvania (Rumanía) “me gusta morder y que me muerdan”. Él ha visto a una chica “mona”, pero que no le ha atraído físicamente.
Mientras esperaban la cena, Marius ha querido saber qué buscaba Jully en una pareja y ella le ha dicho que buscaba formar “un equipo y que sus fortalezas sean mis debilidades”. Él está buscando una persona que sea su paz “no quiero dramas, no gracias”. Ella es una chica muy tradicional y Marius le ha dicho que compartían los mismos valores.
El soltero parecía muy interesado en su cita y le ha preguntado que cuánto había durado su relación más larga. Él ha estado diez años en pareja y le ha parecido que una relación de un año era muy poco para una chica que se dice tradicional como era el caso de su cita. En lo que sí han estado de acuerdo es en que los dos quieren tener hijos.
Se han enfrentado a un Rasa del Amor muy sexual y Marius ha mentido sin piedad, le ha dicho a su cita que él jamás haría un trío “soy un hombre de Dios, no hago esas cosas”, pero luego el ha confesado que siempre ha querido tener sexo en un cementerio. Jully se ha extrañado, pero el soltero le estaba gustando tanto que no le ha dado importancia, nada le hacía pensar que él le iba a dar calabazas.