A David le encanta hacer senderismo, pero no termina de encontrar con quién salir a pasear. Lleva solo 4 años porque siente que los hombres solo quieren sexo. Estuvo con un chico alemán, pero la relación se terminó porque su pareja era muy celoso. Le gustan los chicos que se cuiden pero, sobre todo, necesita que haya química.
Javier, su cita, es un tipo apasionado del arte, la moda y la decoración, pero que profesionalmente es auditor de sanidad. Al ver a David, no se ha encontrado con su prototipo de hombre ideal, pero tampoco le ha espantado lo que ha visto. David se ha puesto muy nervioso, pero ha querido saber de dónde era su cita y han sentido que la distancia entre Madrid y León en AVE no era tanta. Los dos llevan bastantes años solteros y están buscando una relación seria.
Ya sentados en la mesa, Javier le ha contado que le gustaba mucho el arte y la decoración, pero que su gran pasión es el baile y que lleva ya 14 años haciendo danza urbana. David ha alucinado porque todo lo que le estaba contando le gustaba y le parecía una idea genial hasta ir a patinar con él. No le gusta nada estar en casa y su actitud por hacer cosas nuevas le ha gustado mucho a Javier.
El soltero le ha contado que salir de su relación de 17 años es lo mejor que le pudo pasar porque estaba con una persona reprimida que no aceptaba su condición sexual. Ahora lo ve todo muy claro, pero cuando estaba dentro no era consciente de lo que suponía no poder hacer pública su relación.
Antes de que la cita fuera a más y aprovechando que estaban hablando de relaciones, le ha dejado claro que él jamás podría tener una relación abierta, algo con lo que David ha estado de acuerdo.
Los solteros han estado de acuerdo en que no tienen un prototipo físico de hombre, pero a los dos les gustan los hombres con barba. David ha pagado la cena y todo apuntaba a que iban a repetir, pero el madrileño le ha dicho que podían quedar para compartir alguna afición, pero que no había sentido lo que necesitaba sentir para repetir una cita de pareja.