Miranda decidió ser azafata porque le gusta mucho viajar, pero el gran amor de su vida es su perrito y lo que más le gusta es estar en casa con él. Al conocerla y saber que era azafata de vuelo y una chica muy guapa, Carlos Sobera ha tenido la sensación de que habría tenido mucho éxito con los chicos, pero ella le ha dicho que no, que la habían engañado “al último le pillé en el baño guarrindongeando con otra, por móvil, cochinadas varias”.
Respecto a cómo quería que fuera la cita que quería, Miranda ha sido muy clara y ha conseguido que el presentador se echara las manos a la cabeza de la risa “mientras que no sea retrasado, de estos homófobos, racistas o así porque entonces le voy a formar un pollo que se va a ir por dónde ha venido”. Al presentador le ha parecido una buena reflexión “estupendo, hay que ser respetuosos ante todo y al que no, pasaporte”.
La soltera no quiere tener hijos, pero tiene un chiguagua llamado Bambi que es el amor de su vida “yo si tengo cinco euros no me los gasto en comer, son para mi perro, para una chuchería o lo que sea”. El amor que siente es tan grande que no ha dudado en enseñarle una foto a Carlos Sobera “Mirale, qué lindo”.
Al ver al perro, el presentador ha sentido que realmente lo que Miranda sentía por su perro era amor “Dice “qué lindo”, bueno, lindo…”, pero no ha podido terminar la frase porque ella ha estallado “No te pases ni un pelo con mi perro”. Intentando rebajar tensión a la situación, Sobera ha continuado con la broma, pero ha visto que ella no estaba de broma “no te pases ni un pelo con mi perro, te lo digo desde ya”.
José Antonio, su cita, es un tipo de San Roque (Cádiz) y nunca esperaba que le pusieran los cuernos, pero “de todo se aprende” y nos ha contado que le gusta mucho la escalada. Eso sí, no nos ha contado mucho más porque nada más llegar, Carlos Sobera le ha advertido de que bajo ningún concepto dijera que el perro de su cita era feo. Miranda seguía ofendidísima y le ha dicho al presentador que “Has dicho que mi perro no es bonito que es lo mismo”.
La situación era tensa y Matías ha tenido que intervenir sin ser consciente de que se iba a meter en un nuevo jardín “Tú, ¿Opinas lo mismo?”. José Antonio ha cambiado de tema diciéndole que era muy guapa y preguntándole por su perrito. Al ver a Bambi le ha dicho que era precioso, pero en realidad “yo no soporto a esos perros”.
La cita de Mirando y José Antonio no ha empezado muy bien y no ha ido a mejor. A él no le ha gustado escuchar que su cita iba al gimnasio casi por obligación y que no le iba a acompañar en su pasión por la escalada. Los silencios han comenzado a apoderarse de la cita y ella le ha dicho que no estaba comiendo porque todavía estaba muy nerviosa. “Yo bebo vino y se me van quitando los nervios”, le ha confesado él.
Pero, Miranda no ha probado el alcohol en su vida, desde pequeña ha sentido rechazo por el olor que desprendía “Lo único que he probado fue el vino cuando hice la comunión”. Cuando sale se toma un zumito de piña y “si me vengo arriba, me tomo dos”.
Los dos tenían claro que no estaban hechos el uno para el otro y Mirando le ha dicho que ella necesitaba a alguien que la volviera loca nada más conocerle, pero que tenía una boca muy bonita. A ella le gustan los chicos con cara de “niñatos” y José Antonio era un poquito más mayor de lo que buscaba. En el momento de la decisión final, él le ha dicho que no le gustaba que no le fuera a acompañar en la escalada, pero que le había caído muy bien y ella le ha respondido entre risas “así me gusta, no me vayas a dejar mal públicamente”.