Carlos es chef en un pueblo de Mallorca y es feliz haciendo arte culinario. No ha querido que Carlos Sobera le retirara la chaqueta porque le trae suerte “soy bastante loco, no me gusta pasar desapercibido”. Es uruguayo, pero lleva 23 años en España, ha estado casado 22 años, tiene 5 hijos y luego tuvo una pareja argentina, pero lleva solo 5 años. No se esconde y se define como un tipo “infiel”, pero su intención es cambiar.
Le da igual cómo sea su cita y su lugar de origen, pero sí quiere que, al verla, sus ojos “exploten de alegría”. Encarna, su cita, es una persona alegre, divertida y con espíritu de superación “con ganas de exprimir el limón de la vida”. Al leer ’50 sombras de Grey’ se le despertó la curiosidad sexual y comenzó a escribir relatos sexuales, pero “para viejunos, a partir de 50 y 60 años”.
Al ver a Carlos ha sentido que era un hombre pintoresco y se ha sorprendido cuando le ha regalado un ambientador de melocotón y un corazón. Ella es mucho de corazones “Está Agatha Ruíz de la Prada y luego estoy yo, la reina de corazones”. La cita ha comenzado con sonrisas y muchos corazones.
Antes de que la cita fuera a más, Encarna le ha contado a Carlos que llevaba peluca porque hacía tan solo 11 días que había acabado un tratamiento de quimioterapia y estaba superando un cáncer de mamá. A él le ha parecido admirable su actitud y han tratado el tema con mucha naturalidad.
Carlos le ha contado que tenía una taberna gallega en Pollensa (Mallorca) y a Encarna le hacía ilusión que su cita fuera de un lugar lejano, pero le ha dicho que pasara lo que pasar entre ellos, ella iba a ir a comer a su restaurante.
Respecto a su vida sentimental, Carlos le ha dicho que llevaba cinco años sin pareja y que igual que ella había estado más de veinte años casado. Encarna ha querido saber cuáles era sus cualidades y él le ha confesado que era un tipo loquillo y que le gustaba desnudarse en público de hecho, lo solía hacer en el restaurante en el que estaba trabajando “me desnudo después de las once”. Ella se ha definido como una persona jovial y entusiasta, y le ha confesado que siente que la vida en pareja está sobrevalorada.
La música ha comenzado a sonar en el restaurante y Encarna y Carlos lo han dado todo al ritmo de la ‘Noche ochentera’, pero no de la misma manera. El soltero ha sentido que su cita se movía de forma muy especial y ha comenzado a verla con otros ojos, pero ella no ha sentido la chispa “hablando claro, no me veo acostándome con él”. Eso sí, se lo ha pasado muy bien con el chef y le ha propuesto darse el teléfono y quedar como amigos.