Carla venía a ‘First Dates’ con la esperanza de conocer a un chico alto, divertido y con conversación y se han encontrado con Jesús, un chico de más de dos metros de Torrevieja que ha sentido todo un flechazo al verla de hecho, le ha reconocido que jamás le hubiera dicho nada en la calle porque la ve “inalcanzable”.
Carla trabaja de relaciones en una discoteca y no cree que los chicos que encuentra por la noche valgan la pena, por lo que nunca suele ir más allá de un beso y un adiós “se quedan con las ganas”. Está deseando encontrar a un chico alto, hablador, divertido y que sobre todo, “me tenga en un pedestal, que se note que yo soy su prioridad”. Es una chica muy exigente, pero al ver a Jesús se ha quedado impresionada.
Jesús, su cita, es un tipo introvertido que necesita confianza para convertirse en el payaso del grupo y que, por su altura de más de dos metros, no pasa desapercibido. La gente suele exclamar un ¡Wow! cuando le ve, pero en esta ocasión, lo ha exclamado él “¡Wow! Impresionante, justo lo que estaba buscando”.
Los dos se han gustado y han comenzado la cita con muchas ganas. Ella es de Valencia y ha necesitado que su cita le pusiera en el mapa Torrevieja. Respecto a sus aficiones, Carla le ha dicho que era muy fiestera y que salía todo lo que podía, pero él le ha confesado que hacía casi seis años que no salía de fiesta y que era más de quedarse en casa.
Carla también ha querido saber si él era de entrar a las chicas y ha alucinado al saber que no le hubiera entrado de ninguna manera en una discoteca “te veo inalcanzable”. Ella se ha ruborizado, y le ha dicho que ahora ella sí le entraría porque ya sabía que le había gustado.
Confesados los sentimientos, los jóvenes ha comenzado a tontear y la risa se ha convertido en la protagonista de la cita. Entre ellos ha surgido una conexión especial y Jesús no ha dudado de ser sincero y decirle lo mucho que le estaba gustando.
Carla ha querido saber cómo era su cita en el tema sexual y él le ha soltado un “me adapto”, pero ha terminado confesándole que le gustaba que le dominaran y a ella le gusta dominar “que nos cobren ya”. Entre ellos ha surgido la magia y no podían parar de mirarse a los ojos y reírse. Él ha tenido claro que “no hay nada más bonito que querer y que te quieran” y puede que haya encontrado a la persona perfecta.
En el momento de la decisión final, le ha pedido perdón si la había puesto nerviosa “sí, me mirabas como una gacela”, y ha derrochado felicidad al saber que ella le daba “un claro sí”. No sabe si es el amor de su vida, pero sí que han saltado chispas y han tenido conexión.