Francisco es un hombre que está estupendo a sus 78 años de hecho, a Carlos Sobera le ha costado trabajo creerse su edad porque le ha visto una piel y un aspecto impecable. Es una hombre al que le gusta mucho andar y cuidarse. Está viudo y tiene ganas de encontrar a una persona que le de amor y cariño. El presentador ha tenido la sensación de que Francisco era un conquistador y aunque, a él le han entrado los calores, le ha terminado confesando que era un hombre muy fogoso y muy activo, que no se había estado quieto.
Juana, su cita, ha entrado en el restaurante con mucha alegría y asegurando ser una mujer muy activa, divertida y con una carácter muy marcado “no me hace cambiar de rumbo cualquiera”. Le ha hecho mucha ilusión conocer a Matías, Carlos Sobera y las chicas porque “sois mis amigos, estáis cada noche en mi casa”. Respecto a Francisco, ha tenido la sensación de que era un hombre muy guapo y él también ha pensado lo mismo, la primera impresión ha sido buena.
Francisco y Juanan ha comenzado a conocerse con mucha ilusión y se han contado cómo son, las ganas que tiene de vivir la vida y las cosas que les gusta hacer en su día a día. Además, se han sorprendido de lo bien que estaban a su edad. Los solteros han estado de acuerdo en que el sexo comprende muchas partes de una relación y aunque, a su edad, ya no están para llegar hasta el final, hay mucha formas de compenetrarse con la pareja.
Ambos buscan cariño, complicidad, una caricia, un beso… Una persona a la que amar y con quién sentirse amado.
Los solteros han disfrutado de una cita muy amena, han tenido la sensación de que habían encontrado a una persona perfecta para volver a ilusionarse, pero la distancia que les separa se le ha hecho un mundo. Juana le ha dicho que ella necesita el roce para que surja el cariño y que no está para ir en coche para arriba y para abajo. A Francisco le ha dado la sensación de que no merecía la pena empezar algo que no iba a tener futuro, pero… el roce hace el cariño y en el reservado se han dado su primer piquito.
Ninguno de los dos sabe si una llamada telefónica dará paso a una nueva cita, si Francisco se atreverá a subir a Figueras y comenzara algo entre ellos, pero han salido del restaurante con un no, que era un sí y un tal vez surja algo fuera de aquí.