Mari Carmen ha llegado a ‘First Dates’ asegurando que le gustaba que la gente le diera la razón, pero Juan, su cita, no ha podido dársela en casi nada. El soltero no ha entendido ni los gustos ni las aficiones ni la religión de la soltera y no porque no lo supiera explicar sino porque ni ella misma los sabía.
A sus 68 años, Juan se siente un tipo joven y no se imagina ni dando de comer a las palomas ni llevando a los nietos al parque. Estuvo casado 13 años y cuando le preguntan por el motivo de su divorcio asegura un “¿Qué no hice?”. En más de treinta años de soltería no ha encontrado a una mujer que le enamore, no le pide mucho en el tema de personalidad, pero sí que le entre físicamente.
Mari Carmen, su cita, se ha presentado como una mujer que siempre tiene que tener la razón y a la que le gustan que le hagan caso. Al ver a su cita desde lejos, ha sentido que el destino le estaba jugando una mala pasada y que ya conocía al hombre que estaba en la barra. Sin embargo, cuando Juan se ha acercado a ella con un ramo de flores en la mano, ha comenzado a dudar.
El soltero le ha dicho que él no la conocía y ella se ha dado cuenta de que le estaba confundiendo con un tal Paco, un hombre que le cayó fatal “iba de chulito y quería quedarse con todas”. Superado el malentendido, Juan y Mari Carmen han comenzado a conocerse y se han dado cuenta de que vivían muy cerquita.
A la vez que degustaban el primer plató, Mari Carmen le ha contado a Juan que hacía tan solo 4 meses que se había divorciado de su marido con quién había estado más de cuarenta años. Él se ha quedado muy sorprendido y ha querido saber por qué había aguantado tanto tiempo si decía que no estaba enamorada. Ella no ha sabido muy bien cómo explicárselo, pero sí le ha dejado claro que ahora se sentía “libre como un pájaro” que tenía que haber tomado la decisión mucho antes.
Juan ha querido saber si Mari Carmen practica algún tipo de deporte y al saber que no, le ha preguntado por sus gustos. Ella le ha dicho que no le gustaban las películas porque le gustan las historias reales, pero que sí le gustaba el cine. Él se ha sorprendido porque su discurso estaba lleno de contradicciones y no parecía entenderse ni ella misma. Le ha confesado que le gustaba mucho bailar y que le gustaba todo tipo de música “menos el cante jondo”, pero luego le ha dicho que le gustaba el flamenco, que Elvis Presley no le iba y que Frank Sinatra cantaba cosas muy tristes. Juan no daba crédito “no pegamos ni con cola”.
Mari Carmen ha querido saber cómo era el día a día de su cita y Juan le ha contado que no hacía nada en especial, que a él le gustaba vivir la vida. Algo que ella no ha entendido porque le ha soltado de golpe “estás esperando a la muerte”. Él ha aluciando y le ha dicho que no era así, que el salía a dar un paseo, se tomaba algo con los amigos…
¿Un bar? Mari Carmen ha estado a punto de salir corriendo al escuchar la palabra bar y eso que Juan le ha contado que hace cinco meses que ya no bebe. Ella ha sentido que no quería a un hombre de bar en su vida y menos con problemas de corazón por no haberse cuidado antes. Superado con dificultad el tema de beber, en el Rasca del Amor se han enfrentado a una pregunta sobre religión y Mari Carmen ha vuelto a dejarle helado con sus respuestas “no creo en Dios ni en ninguna religión, soy católica y punto”.
Él ha sentido entre risas “La bautizaron, pero no hizo la Confirmación, está por confirmar” y ella ha puntualizado “Católica sí soy, creo en muchas cosas de la realidad”. En el momento de la decisión final, él ha sido sincero y le ha dicho que no tendría más citas con ella porque tenían muchas cosas en las que no coincidían.