La cita de José Luis ha comenzado con un chasco más que importante. El soltero se ha quedado tan impresionado que no ha sido capaz de levantarse al ver a su cita, pero superado el susto inicial, él y Sabrina han descubierto que estaban en la misma performance terrenal, pero no zodiacal.
José Luis es ingeniero eléctrico y un apasionado de los tatuajes de hecho, está inmerso en un proyecto para tatuarse todo el cuerpo excepto los brazos “hasta los rincones más recónditos”. Se define como C. Tangana en una de sus canciones “un chico guapo, listo y presumido”. Asegura cuidarse mucho, hacer deporte y ser un amante de los animales.
Carlos Sobera le ha pedido que escribiera en un posavasos la frase que mejor le definiera y él ha puesto ni más ni menos que “me gusta ser el centro de atención y por eso viva la vida como una performance”. Y es que igual que “C.Tangana encontró a Rosalía yo también quiero encontrar a mi ‘Motomami’”.
Sabrina, su cita se ha presentado como una apasionada del mundo del tatuaje que pasas las horas viendo tatuajes y tatuadores en Instagram. Eso sí, asume que ella no es buena tatuando, pero… “¡Me encanta!”. Carlos sobera también le ha pedido que escribiera una frase que la definiera en un posavasos y ella ha escrito una lista de cualidades que la definen. Entre ellas estaba la palabra performance “Soy Taylor Swift, soy un hada, soy una diosa, soy una gótica culona”.
El presentador la ha llevado hasta la mesa dónde le estaba esperando sentado José Luis, su cita. Y decimos sentado porque ni se ha movido al verla “¡Levántate! Ha entrado una diosa”, ha sentido ella un tanto indignada. Carlos Sobera también le ha reprochado que no se pusiera en pie para saludar a su cita, pero José Luis no ha sido capaz los nervios le han dejado congelado y no podía creer que esa chica tan guapa fuera su cita.
Con la intención de que la cosa comenzara a fluir, Carlos Sobera les ha entregado sus respectivos posavasos y les ha pedido que los dieran la vuelta pasados unos segundos. José Luis ha advertido a su cita que su letra no se entendía bien, que era ingeniero y que escribir al igual que las habilidades sociales “como has podido comprobar” no son lo suyo.
Superado el chasco inicial, Sabrina y José Luis se han atrevido a darle la vuelta a sus posavasos y se han llevado una alegría al leer en ambos las palabra “performance”, han conectado el 50% del camino al altar ya lo tenía recorrido. Sin embargo, en el otro cincuenta se han ido encontrado algún que otro pequeño obstáculo. A ella no le ha gustado nada que le dijera que era una ‘Motomami’ porque ella es “una diosa, una sirena, una bruja…”.
Respecto a su colección de animales, Sabrina puede aceptar lo de los gatos y los perros de hecho, ella quiere un gato negro, pero el tema de las ratas le ha horrizado y le ha dejado claro que las quería fuera de su camino. Ambos han reconocido ser frikis y eso les ha gustado mucho, parecían hablar el mismo idioma.
Ellos lo estaban intentado, pero se iban encontrando con tantas cosas que les unían como las que les separaban. José Luis se ha interesado por los tatoos de Sabrina y le ha contado que él llevaba un bodysuit y que tenía tatuados hasta los testículos, “hay que tener mucha voluntad”, ha asegurado ella al saberlo.
Al explicarle que en el brazo llevaba dibujado su ascendente en Sagitario, han comenzado a hablar de la influencia de los horóscopos en sus personalidades y Sabrina ha tenido claro que José Luis no era su hombre “somos dos cabras que chocan”.
Mucho más importante que la compatibilidad astral para José Luis es saber qué tipo de electrodoméstico sería su cita y no ha dudado en preguntárselo. Sabrina se lo ha pensado un poco, pero ha terminado definiéndose como un robot de cocina que lo hace de todo. En el reservado, José Luis ha querido darlo todo al ritmo de la música, pero a Sabrina le ha dado un poco de vergüenza “para eso tengo que beber más”.
Sin embargo, él se ha lanzado a la piscina y se ha puesto a los mandos de un divertido perreo que ella no ha dudado en seguir. En el momento de la decisión final, ambos han tenido claro que se lo habían pasado muy bien juntos, pero él no quería repetir porque el tema astral le ha echado para atrás y ella porque ve su relación como algo imposible “somos dos cabras”.