Una churrera del barrio madrileño de Aranjuez se ha convertido en una inquiokupa después de no pagar el alquiler a los propietarios por más de un año. La mujer firmó en su día un contrato de alquiler por un año, pero todavía sigue en el domicilio después de dos años.
La mujer pagó seis meses por adelantado, pero después optó por no seguir enviándole el dinero a los dueños del piso, por lo que el matrimonio decidió poner una denuncia por impago. Sim embargo, la churrera se declaró vulnerable y todo se paralizó de nuevo. En la segunda vista la inquiokupa solicitó un abogado de oficio por lo que se vuelve a suspender.
'En boca de todos' ha ido hasta el domicilio okupado y ha podido hablar con las víctimas de la churrera. Julia y Teodoro han expresado que quieren volver a vivir en su casa porque ya no la quieren alquilar: "Nosotros alquilamos esta vivienda ajustándonos en la casa de mi hijo, que nos acogió. La convivencia cambia un poco entre padres e hijos y por eso quiero recuperar mi casa".
También han habado de todos los gastos que están teniendo que cubrir con el piso okupado: desde derramas por la caldera, hasta pagar la luz y el agua a la inquiokupa. Julia ha señalado que le tuvieron que poner una caldera nueva porque su abogado se lo recomendó ya que es la propietaria del piso.
Por otro lado, en el lugar también ha estado presente una empresa desokupación y la reportera ha preguntado si la churrera es conocida en el barrio. Toni, uno de los trabajadores, lo ha afirmado: "Yo conozco a la familia desde hace muchos años. No me esperaba que fuera a pasar esto".
En ese instante, el padre y el hermano también se han acercado al lugar y han podido hablar sobre el problema. "Ella tiene 43 años y en seis o siete años se ha perdido", ha comentado el padre de la churrera. Tras esto, ha señalado que la churrera echó de su casa a su propia hija por culpa de su pareja.
"A su hija de 24 años la ha echado también de la casa por la pareja que tiene, que yo ni le conozco. Por los comentarios del pueblo sé que la agrede, que la pega públicamente, que la pega en la calle... Él ha estado detenido y ella sigue con este sinvergüenza", ha aclarado el padre.
Minutos después, la empresa de desokupación ha podido contactar por teléfono con el compañero de piso y pareja de la churrera, que tampoco está pagando el alquiler. Toni, el trabajador de la empresa le ha explicado la situación, a lo que el hombre ha contestado que en televisión no iba a decir nada.
"Simplemente quise ayudarla, nada más. Estamos esperando a que un juez diga que nos tenemos que marchar de ahí", ha respondido el hombre. Toni le ha recordado las supuestas agresiones que le ha hecho a la churrera, pero él ha hablado sobre los desperfectos del piso sin dar ninguna explicación.