En la provincia de Tarragona, en Amposta, una mujer ha sido asesinada por su expareja, después de las múltiples amenazas que recibía de su maltratador. Existía una orden de alejamiento para protegerla, pero eso no ha bastado y no se ha podido impedir el crimen. El presunto asesino la ha degollado y después la ha descuartizado, tirando sus restos a uno de los contenedores de basura del vecindario.
Los vecinos sabían lo que sucedía porque escuchaban frecuentemente los gritos. "Nosotros llamábamos a la policía y nos amenazaba con que quemaría el bloque", ha comentado una de las vecinas. Un amigo de la mujer ha sido el que ha ido a la policía a denunciar que algo estaba sucediendo y tras esto descubrieron que el hombre había matado a su expareja.
No ha sido el primer conflicto que han tenido, ya que, como han indicado los vecinos, ella ya le ha apuñalado una vez para defenderse. La policía ha detenido al maltratador cuando caminaba por la calle, al parecer su expareja ya llevaba varios días muerta y ha querido desaparecerla tirándola a los contendedores.
Alan, el amigo de la mujer asesinada ha explicado cómo ha vivido el suceso y cómo se siente tras la tragedia: "En shock, no te esperas que esto pase al lado de casa". Después ha comentado de qué se conocían: "Éramos conocidos, amigos de la infancia, pero hacía unos años que no nos veíamos, pero justamente hace dos - tres semanitas estuve con ella en el autobús, coincidimos allí, estuvimos hablando dos minutitos de nada".
Alan ha confesado que vio a la mujer bien y que no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo con su expareja: "La vi bien, feliz y receptiva, como es ella y no desprendía ninguna cosa desde fuera y yo tampoco sabía de la situación". Tras esto, ha explicado que no comprende todavía el motivo de que ella regresase con él cuando existía una orden de alejamiento: "Lo que no entiendo es ella, pudiendo irse al pueblo de al lado... porque volvía aquí teniendo una orden de alejamiento e incluso ya por el simple miedo de ver qué te puede hacer esta persona".
Paquita, una vecina que vive en el mismo edificio ha dado también explicaciones sobre lo que escuchaba habitualmente de la pareja: "Hablaban muy fuerte los dos, como si riñesen". Además, ha comentado lo que sucedía cuando ambos estaban en la calle: "Hacían mucho ruido y cuando se ponían en la calle a hablar y discutían, pues ya tenías para rato".