Alejandro, de 22 años, perdió la vida en el año 2019 cuando solo llevaba unos pocos meses trabajando como legionario. Murió por el impacto de una bala en el pecho cuando estaba realizando unas prácticas de tiro. El sargento y el capitán afirmaron que se trataba de un accidente, una bala que había rebotado en una piedra y había impactado en Alejandro por la axila, la única parte que no estaba cubierta por el chaleco antibalas. Pero la investigación de la Guardia Civil asegura que no es así: según ellos, el proyectil salió del arma del sargento y a partir de ahí han descubierto muchas más mentiras.
Juanjo, el padre de Alejandro, ha hablado en directo en ‘En boca de todos’. Ha contado que aquel fatídico día le llamaron por teléfono para comunicarle que su hijo “había sufrido un accidente grave y que estaban tratando de salvarle la vida”. Pero media hora después le volvieron a llamar, para decirle que había fallecido,
“Las mentiras empiezan en ese mismo momento. Cuando llegué al tanatorio de Alicante me dijo que había sido un proyectil rebotado por la axila. Tuvo que ser la Guardia Civil cuatro meses después la que me dice que me llevan mintiendo desde el minuto uno”, añadió.
Según la Guardia Civil, el proyectil le entró a Alejandro por el pecho porque el chaleco que llevaba no estaba preparado para resistir ese tipo de impactos.
Pero ¿por qué el sargento disparó presuntamente a Alejandro? “Porque es un demente. No debería haberse vestido de legionario en su vida. Estaba en el campo de maniobras solo para instruir a los legionarios. Una vez se manda el alto el fuego, a este señor le da por disparar en abanico hacia a la zona donde estaban los legionarios. Uno de esos proyectiles es el que le siega la vida a mi hijo”, dijo Juanjo.
Según el padre de Alejandro, igual que murió su hijo, la bala “podía haber cogido a cualquier otro”.
Tras el fallecimiento de Alejandro, al parecer se sucedieron las mentiras por parte del sargento y del capitán, que habría tratado de encubrirle. Además del lugar del impacto (el pecho y no la axila), Juanjo ha contado que el capitán “empieza a esconder el arma del sargento” para “evitar que la Guardia Civil descubra lo que pasó allí”. También habrían modificado todo el escenario del crimen y guardado las armas.
Incluso habría supuestamente presionado a los legionarios para que secundaran su versión. “Hay un legionario que se niega al juego. Es inteligente, porque con su móvil les graba mientras están maquinándolo todo. Le hicieron un mobbing brutal”, ha contado Juanjo sobre este compañero de su hijo, que acabó ab abandonando la Legión.