Tres días después de que un gran seísmo azotase parte de Turquía y Siria, los equipos de recate siguen al pie del cañón para poder encontrar al mayor numero de personas con vida bajo los escombros.
Diego Losada ha hablado en directo en ‘En Boca de todos’ con Ángel Saldaña, capitán de la unidad militar de emergencias que se encuentra en Turquía en uno de los distritos más afectados por el terremoto.
‘’Seguimos con la moral alta, ahora mismo estamos interviniendo en un lugar a 20 kilómetros y tenemos evidencias de que hay personas vivas, hemos escuchado algunos golpes que han dado y estamos trabajando con nuestro máximo esfuerzo para intentar rescatarles’’, explica Ángel Saldaña.
Los equipos de emergencia no se ponen un plazo para los rescates: ‘’Seguiremos intentándolo hasta que no encontremos a nadie con vida. Lo que dicen los manuales son 3 días, 90 días’’, dice el capitán, pero siempre ‘’guardan la esperanza e intentan luchar a contrarreloj’’.
El capitán de la UME ha querido recalcar que en estos casos las prisas no son buenas: ‘’Son momentos donde uno quiere darse mucha prisa, pero no hay que tener prisa, hay que trabajar con seguridad tanto para los que realizan el rescate como para no causar daños a la víctima siempre hay que ir sobre seguro, asentando bien el terreno’’.
El presentador del programa ha querido saber si utilizan dispositivos de geolocalización en estos casos tan graves. Ángel Saldaña ha indicado que se buscan indicios: ‘’Hay muchas evidencias, cuando llegamos a una zona donde puede haber alguien vivo pasamos a los perros de rescate, que están especializados en búsqueda de personas y ellos son una primera localización de estas víctimas. A partir de ahí utilizamos medios técnicos como los geófonos’’.
‘’Por supuesto, hay que tener una gran instrucción, dedicarle muchas horas para no cometer ningún error que evite poder acometer el rescate. Le ponemos muchísimo cariño a prepararnos para esta situación’’, ha explicado el capitán respecto a la pregunta que le ha hecho Losada sobre si ellos también se quedan callados para escuchar ‘alientos de vida’ bajo los escombros.