Los terremotos no son los que matan, sino los edificios que se derrumban por los temblores de la tierra. Por eso, es fundamental desarrollar estructuras sismorresistentes que puedan reducir al máximo el número de víctimas derivadas de estas catástrofes naturales.
En la Universidad CEU San Pablo de Madrid están trabajando en este tipo de diseños sismorresistentes, que varían en función de la intensidad de los terremotos. Félix Hernando, profesor de arquitectura del CEU, ha mostrado dos de estos diseños en ‘En boca de todos’.
“En países más avanzados como Japón, los edificios disponen de dispositivos que les ayudan a resistir terremotos”, ha explicado.
En el caso de frecuencias bajas, una opción muy eficaz son los amortiguadores de masa sintonizados: “Si el edificio es esbelto, flexible y está cimentado en territorio arenoso o arcilloso, va a oscilar más lentamente. Los amortiguadores de masa sintonizados son péndulos, elementos de agua que oscilan contrapesando la oscilación del edificio”.
En el caso de que las frecuencias sean altas, estos dispositivos no serían eficaces y lo mejor sería recurrir a los aisladores de base, según ha explicado Hernando: “El edificio no se apoya directamente sobre el terreno, sino sobre aisladores. (…) Lo que se mueve es la tierra, no el edificio”.
El profesor ha explicado que como no podemos saber las frecuencias a las que va a vibrar la tierra, “los edificios en zonas muy avanzadas tienen varios dispositivos sismorresistentes”.
El nivel de sismicidad en España no es alto, por lo que “estos dispositivos no suelen ser habituales” en nuestros edificios. Sí lo son en zonas sísmicamente muy activas.