‘En boca de todos’ ha entrado a la casa de los horrores de Gandía, donde unos individuos presuntamente retuvieron a dos chicas de entre 14 y 16 años y usaron con ellas drogas para después agredirlas sexualmente.
El reportero del programa, Alberto Catalán, ha conseguido entrar en esta casa y se ha encontrado basura por todas partes, suciedad, camas destartaladas…
Las menores desaparecieron a finales de junio de un centro de menores de la Comunidad Valenciana. Javier Urra, psicólogo forense y ex Defensor del Menor, ha explicado la diferencia entre esos centros y los de reforma. “Cuando un menor de 18 años comete un delito, va a un centro de reforma. De ahí los niños y niñas no se fugan. Pero cuando es un centro de protección o de tutela, como no han cometido ninguna conducta delictiva, las puertas están abiertas”. Por eso las jóvenes pudieron marcharse.
Fue la madre de una de las adolescentes retenidas en esa casa de los horrores la que puso a las autoridades tras la pista del grupo que tenía retenidas a las dos chicas. Su hija logró ponerse en contacto con ella cogiendo el teléfono móvil de uno de sus presuntos captores. Luego volvió a contactar con ellos, haciéndose pasar por una menor, a la que los detenidos intentaron captar. Acordaron una cita, lo que permitió a la Guardia Civil dar con ellos.
Gracias a ella, cuatro hombres de entre 20 y 50 años fueron detenidos. Supuestamente, engañaban a menores y les ofrecían cobijo en la casa de los horrores. Anulaban su voluntad ofreciéndoles drogas y luego, presuntamente, abusaban sexualmente de ellas. También se las habrían ofrecido a otras personas que acudían al inmueble. Una de las menores ha declarado que hasta 15 personas habían abusado de ella.