Dani y Marisol recibieron la mala noticia de que han perdido el usufructo de la casa de Sevilla, para poder comprarse otra vivienda en la ciudad tenían que vender la de Plasencia, la que pusieron a la venta y ha llegado el día, han conseguido firmar el contrato de venta y tienen que despedirse.
Un matrimonio se motraba interesado en la vivienda y, finalmente, se han decidido a comprarla. Ambos se han reunido con Los Jiménez para firmar el contrato y hacerlo definitivo, ¡ya han vendido la casa! Aunque lo que debería ser una buena noticia, no hace nada de gracia a algunos miembros de la familia.
Lo que tienen claro Los Jiménez es que en una casa en la que han vivido tanto tiempo tienen que despedirla de una manera especial y que mejor que dormir todos juntos en la terraza, como lo hacían cuando en Plasencia el calor era insoportable y este era su lugar de descanso, aunque en esta ocasión han pasado un poco de frío. "Hemos pasado tantas cosas bonitas en esta casa...", dice Dani y todos juntos recuerdan todo lo que han pasado en este lugar.
Al levantarse solo queda recoger las últimas cosas y cerrar por última vez la puerta de la casa para siempre. Y la pena les invade a todos, incluso a marisol que estaba realmente decidida a marcharse: "Son muchos años, he criado aquí a mis niñas y me da pena, me estoy arrepintiendo, ¿cómo hago ahora para echarme para atrás?"- "No te preocupes, todo va a salir bien", le dice Dani.
Mientras tanto, Graciela y Susi se despiden de sus habitaciones y piensan en todos los segundos que han pasado aquí. "Es muy fuerte, va a dormir otro aquí", piensa Graciela. "Es verdad, va a haber dos caras raras aquí", reacciona Susi.
Por otro lado, La Rebe y su hijo José se muestran muy triste con esto. "Cuando sea grande me la voy a volver a comprar y vamos a venir todos juntos", dice el pequeño y es que asegura que esa casa le gusta mucho. "Ya verás como esto nunca lo vamos a olvidar, lo vamos a tener siempre en el corazón", responde su madre.
Y ahora, sí que sí, tocaba dejar una parte de su historia atrás, Los Jiménez se despiden de sus seres queridos en la puerta, muy emocionados y entre alguna lágrima. Se montan en el coche y dejan atrás esta casa que tantos bonitos momentos guarda.