Marisol pedía tener una despedida de soltera y Dani se ofrecía a organizarselo, lo que no se esperaba ella es que iba a llevarla junto a Graciela y él mismo a saltar en paracaídas.
Al verse en medio del campo, Marisol no entiende nada: "A mí la naturaleza no me gusta, yo quiero pasármelo bien ¿dónde están mis amigas? Yo me imaginaba una discoteca". "Esto es porque nosotros vivimos una vida de mucho estrés y nos tenemos que relajar", le explica Dani y a Marisol no le gusta nada esta idea y menos cuando se entera que el plan es tirarse en paracaídas: "¿Esto es mi despedida? Si me traes aquí para que yo me muera, habermelo dicho antes y no me hubiera casado. Si no quieres casarte, me lo dices. Aquí es para matame, lo mismo se rompe una cuerda y voy a Cancún".
Dani quería vivir una experiencia nueva, vivir un momento bonito para cuando fueran mayores, pero Marisol no pasa por el aro: "Vuelas tú". Y también le dice a su hija Graciela que le cede el puesto. Por tanto, Graciela y Dani no lo dudan, se tiran en paracaídas.
En el momento de saltar de Dani, Marisol se pone tan nerviosa que le dice unas bonitas palabras a gritos: "Regresa que nos tenemos que casar. A pesar de todo, te quiero". Algo que también le pasa con Graciela: "Te quiero, eres la hija que más quiero". Algo le le sorprende mucho a su hija: "No me has dicho eso en la vida". Con ambos en el aire, Marisol ve todo desde tierra y se preocupa por cómo estarán ambos, mientras Dani y Graciela disfrutan desde el aire.
"La sensación que he tenido era como de sueño, una relajación mental que no te puedes imaginar", reflexionaba Dani tras esta experiencia y tras esto, se reencontraban los tres con un efusivo abrazo.