El mundo del yoga es muy extenso y, cada día, se pueden aprender un montón de nuevas posturas que nos sirvan para obtener los beneficios de esta práctica como encontrarnos mejor con nosotros mismos. Es una de las prácticas que más ayudan a conocer nuestro cuerpo y en reencontrarnos con nosotros mismos, aportándonos paz y serenidad. Un poco de yoga nos puede evadir del día a día, algo que es muy necesario en ocasiones.
Si estáis empezando a iniciaros en el mundo del yoga o si lo queréis realizar desde casa sin problemas, hay cinco posiciones básicas que debéis aprender para poder seguir con la curva de progreso. Tanto físicamente, como interiormente, siguiendo las pautas de respiración necesarias, estas posturas son claves.
Apoya la planta del pie en el muslo contrario, desplazando atrás la rodilla del pie que tengamos levantado para abrir la cadera. Mantén el tronco erguido y las manos en el centro de tu pecho, inhalando y extendiendo los brazos hacia arriba para estirar la columna.
Mantente erguido con los pies juntos y los brazos relajados a los lados. Presiona los dedos de los pies contra el suelo, respira hondo y extiende los brazos hacia arriba, entrelazando los dedos con las palmas hacia fuera. Mete el abdomen y expande el pecho para llenar los pulmones. Mientras, fija la mirada en un punto concreto.
Con los dedos de los pies en el interior, ponte boca abajo en la colchoneta, manteniendo los brazos erguidos. Con esta posición trabajaremos el abdomen. Para ello, hay que hacer fuerza para mantener la pelvis. Así, notaremos un gran progreso en las abdominales. Hay que tratar aguantar el mayor tiempo posible en esa posición.
De pie y con las piernas separadas, debemos mantenernos erguido y estirar los brazos hasta que queden paralelos al suelo con las palmas hacia abajo. Gira el pie derecho a 90 grados hacia el exterior y los dedos del izquierdo a 45 grados al interior. Al girar a cada lado, tienes que tocar con la mano en el tobillo o en el suelo, elevando el otro brazo al aire. Lo ideal es aguantar unos 15 segundos y repetir, a ambos lados, unas 8/10 veces.
Tumbados boca arriba, tenemos que poner los pies a la altura de las caderas. Presionando con firmeza los propios pies, debemos levantar los glúteos del suelo. Mientras lo hacemos, entrelazaremos las manos por debajo, tratando de abrirnos lo máximo posible.