El 25 de agosto de 2007 Antonio Puerta disputaba con el Sevilla el primer partido de Liga de la temporada. Se enfrentaba al Getafe cuando en el minuto 30 de partido cayó de rodillas sobre el césped. Puerta pudo levantarse y abandonó el terreno de juego caminando, pero tres días después fallecía en el hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense después de sufrir varios paros cardíacos.
Dos años después, el 8 de agosto de 2009, la plantilla del Espanyol se encontraba concentrada en Florencia realizando su stage de pretemporada. En una de las habitaciones del hotel se encontraba Dani Jarque, hablando por teléfono con su novia.
De repente, el futbolista catalán abandonó la conversación y su novia, asustada, llamó a uno de sus compañeros de equipo. Cuando el delegado del equipo, José María Calzón, entró en la habitación, se encontró a Jarque en el suelo y no pudieron hacer nada por su vida.
Antonio Puerta y Dani Jarque murieron cuando nadie lo esperaba, con 22 y 26 años respectivamente, siendo deportistas de élite. Ambos murieron por muerte súbita, un problema de salud que acaba con la vida cada año de un centenar de personas en España entre profesionales y deportistas aficionados. Pero, ¿qué es la muerte súbita?
La Fundación Española del Corazón define la muerte súbita como "la aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado". Y cuando se habla de muerte súbita en el deporte se refiere a que este suceso ocurra durante la práctica deportiva o en las horas posteriores.
Antonio Puerta sufrió un infarto en pleno partido y, aunque se recuperó temporalmente, falleció días después en el hospital. Dani Jarque había entrenado poco antes de sufrir una asistolia en el hotel de concentración de su equipo que derivó en la parada cardíaca.
Las estadísticas señalan que la muerte súbita afecta cada año a dos de cada 100.000 en menores de 35 años, lo que supone unas 350 muertes al año en personas jóvenes. De ellas, se estima que un centenar está asociada a la práctica deportiva, aunque no es fácil determinar el número exacto al producirse muchas de ellas en aficionados que hacían running o entrenamientos por su cuenta.
La muerte súbita en el deporte no es algo que se produzca a menudo, pero los casos suelen tener una gran repercusión al afectar a personajes muy conocidos. Los expertos suelen diferenciar las causas que provocan la muerte súbita por la edad de los afectados.
Así, la muerte súbita en los menores de 35 años suele deberse a cardiopatías hereditarias o congénitas, es decir, afecciones en el corazón que la persona tenía desde su nacimiento. En la mayoría de los casos se trata de problemas en las válvulas, en el corazón o el origen de las arterias. Sin embargo, en las personas mayores de 35 años son más frecuentes los casos de cardiopatía isquémica, es decir, hay una o más arterias obstruidas que provocan finalmente un infarto.
Aunque los médicos aún no tienen claro por qué sucede, lo cierto es que la muerte súbita afecta diez veces más a los hombres que a las mujeres. Es imposible acabar con todos los casos, pero sí se pueden poner en práctica algunos mecanismos que consigan reducir el número de afectados por muerte súbita en el deporte.
Tanto Antonio Puerta como Dani Jarque y la práctica totalidad de deportistas profesionales que fallecieron por culpa de la muerte súbita cumplían con todas estas premisas, lo que evidencia que es imposible luchar contra todas las muertes súbitas en el deporte. Sin embargo, la práctica deportiva es muy beneficiosa para la salud, sobre todo si se realiza con moderación. Cada año, mueren muchas más personas sedentarias por muerte súbita que las que fallecen por culpa del deporte, por lo que no se debe tener miedo a la práctica deportiva.