Maradona confesó a uno de sus mejores amigos que tenía 100 millones escondidos: “Nadie sabe dónde están”

¿Cuánto dinero tenía Maradona? Es la gran pregunta que se hacen muchos aficionados al ver la disputa familiar que hay por su herencia, pero al parecer, la fortuna es mayor de lo esperado, o de lo que se ha dicho en un primer momento. Las hijas de Maradona, su familia y el entorno del argentino se repartirán la herencia según esté estipulado, pero no sería la única fortuna a repartir que tendría El Pelusa.

Uno de los mejores amigos de Maradona, Mariano Israelit, que le vio por última vez dos meses antes de morir, explicó en una entrevista a Teleshow que hay más de 100 millones de dólares que el argentino tenía escondidos y nadie sabe dónde están. La fortuna de Maradona es incalculable, tanto por el dinero que tenía como por los objetos y regalos que le dieron durante su vida.

“Lo vi por última vez en septiembre del 2020. Él falleció en noviembre. Pero en el último tiempo ya lo notaba de bajón, triste. Diego estaba mal desde que lo habían operado de la rodilla. Yo lo fui a ver a la Clínica Olivos y estaba bien. Pero después le costaba caminar. Le dolía un montón y estaba angustiado por eso”, explicó Israelit a la televisión argentina.

Pero lo que dejó a todos con la boca abierta fue la confesión de Maradona sobre un dinero que nadie sabe dónde está. “Diego me contó que tenía 100 millones de dólares y nadie sabe dónde están”, apuntó Israelit. Uno de los mejores amigos de Maradona no explicó si estaban escondidos en algún lugar o en alguna caja fuerte de un banco.

Las malas condiciones de vida de Maradona

“A Diego le soltaron la mano. Sabían que tenía problemas de corazón y no estaba medicado. Aparte, cómo vivía Diego. Cuando volvió de México, me confesó: ‘No sabes cómo me recuperé después de Dubai. Tengo más de cien palos verdes’. Me lo contó él a mí. Yo le contesté, ‘vos sos un rey, tenés que vivir como te merecés’”, comentó a Teleshow.

Lo que no entendía su amigo era por qué las viviendas en las que estaba no tenían todo tipo de comodidades y lujos. “Y sus últimas casas, sin desmerecer, no estaban en condiciones. ¡Hasta se llovían! Y no tenían aire acondicionado ni calefacción central, cuando estamos hablando de un tipo que tenía esa guita que ahora nadie sabe dónde está”, concluyó Israelit.