Un jugador turco se niega a llevar una camiseta en contra de la guerra en Ucrania: "No me gusta"

El mundo del deporte se ha movilizado para expresar su apoyo a Ucrania tras la invasión de Rusia. En La Liga se vio en la pasada jornada un mensaje de “No a la guerra”. Algo que se ha repetido en otras competiciones. En Turquía también lo hicieron, pero en este caso portando los jugadores una camiseta que portaba ese mensaje. La controversia ha estado en uno de los jugadores que no quiso llevarla.

Aykut Demir, capitán del Erzurumsport, decidió no ponerse. Todo sucedió en un partido de la segunda división turca. Tanto revuelo ha causado esta acción que el jugador ha recibido numerosas críticas por su gesto y el club está recibiendo numerosas presiones para que sancione a su futbolista.

Ante tal escenario, Aykut ha salido al paso y ha explicado el motivo de por qué no llevó la camiseta. "Miles de personas mueren cada día en Oriente Medio. También me siento mal. Comparto el dolor de la gente inocente”, aseguró en el medio turco Fanatik. "Aquellos que ignoran la persecución están haciendo estas cosas cuando pasa en Europa. No me gusta vestir esa camiseta porque no fue hecha para esos países", afirmó.

El gran gesto de Junior Moraes

El centrocampista del Shakhtar Donetsk Junior Moraes ha donado 56.000 dólares -algo más de 50.000 euros- al Gobierno de Ucrania para ayudarle a resistir la invasión de Rusia, ha confirmado su club, solo unas horas después de que el futbolista brasileño-ucraniano abandonase el país tras el comienzo de la ofensiva rusa.

Moraes, de 34 años y que milita en el Shakhtar desde 2018, abandonó Ucrania junto otros compañeros de equipo brasileños debido a la guerra. El futbolista nacido en Santos se nacionalizó ucraniano y jugó 11 partidos con la selección del país.

Precisamente por esa razón, Moraes se veía afectado por un decreto presidencial que establece que todo ciudadano ucraniano de 18 a 60 años tiene prohibido abandonar el país y debe tomar las armas para defenderlo del ataque ruso.

Sin embargo, el brasileño logró cruzar la frontera y llegar a Polonia después de atravesar cientos de kilómetros desde su casa en Donetsk, donde los separatistas respaldados por Rusia tomaron el control de la ciudad.